Tatsumi (hermano de Viggo y Tsubaki por parte de Mikoto) había venido a visitar a Tsubaki a su casa en el distrito herrero. Sin embargo, cuando el muchacho de cabello oscuro, corto y ojos rasgados se presentó en el portón que daba a la calle y le abrieron la reja, vio a su hermana vestida con un kimono café claro y una cinta alrededor de sus hombros que sostenía las mangas de su kimono. Tatsumi quien vestía un kimono azul y un hakama negro en conjunto con unas sandalias de madera iguales a las de su hermana, hizo la superposición de la imagen de su hermana con la de su madre, encontró muy pocas diferencias. Incluso, su hermana no emitía ese aire informal y amigable de siempre. Era como si ella hubiera madurado de golpeo y ahora tuviera un carácter muy parecido al de su madre. Ejemplo de ello fue que no sonrió de forma burlesca como lo haría siempre. Sino que hizo una leve reverencia y lo miró con tranquilidad —hisashiburi, Tatsumi— dijo con un tono de voz cortes
—Hisashiburi, aneue— dijo Tatsumi sorprendido por la actitud e hizo una torpe reverencia
—Ven, pasa— dijo Tsubaki —estoy preparando la cena para danna-sama. acompáñanos—
—No, bueno— dijo Tatsumi con cierta incomodidad
—Ven, vamos, si Viggo sabe que te fuiste sin comer, se enojara— añadió Tsubaki
—Ojamashimasu— respondió Tatsumi y paso por al lado de Tsubaki. Todavía estaba muy desconcertado con la actitud seria y tranquila de su hermana. Por lo general, Tsubaki se quejaba de Mikoto porque ella siempre le preguntaba cosas como ¿Cuándo se iba a casar? Y después de que se unió a Viggo ¿Cuándo le iba a dar nietos? Bueno, Tsubaki no era diferente de su madre y le hacía las mismas preguntas a Tatsumi.
Al entrar a la casa, Tatsumi vio la mesa rectangular con cuatro asientos. No se veía Viggo, pero conociendo a su padre, Viggo estaría haciendo lo mismo que Kain. Metido en la cocina, cuidando de que las cosas no se quemen y ayudando.
Tsubaki avanzó por delante y al encontrar a Viggo en la cocina, lo tomo por detrás desde los codos y lo llevo a la mesa. Viggo le siguió el juego con una sonrisa. Cuando Tsubaki lo soltó, él se dio la vuelta con una sonrisa, pero ella lo miraba con reproche.
—Solo estaba ayudando, no hay nada malo— dijo Viggo sin tomárselo muy en serio. Hace una semana, después de que Tsubaki le conto a todo el mundo que se había vuelto una maestra herrera, por alguna razón, se puso totalmente en actitud esposa tradicional. Muy cortes, muy seria, recatada y dejo en parte, de ser ella misma. Viggo quería creer que ella se estaba forzando y que pronto se le pasaría, pero parecía que era algo que se quedaría en el tiempo. Viggo solo esperaba que este cambio no fuera por completo. Él era como su padre, vio a Kain desde niño hacer cosas que la mayoría de los hombres no hacía. No veía nada malo ayudar o cocinar para otros. No veía nada de malo caminar a una misma velocidad que su esposa.
—Danna-sama debe ir a la mesa y esperar— dijo Tsubaki en un tono de voz serio
—Ok, ok, me iré a la mesa—
—Tatsumi vino a visitarnos, por favor, hágale compañía—
—Ok, le haré compañía— dijo Viggo, soltó un suspiro y vio a Tsubaki caminar a la cocina. Después se dio la vuelta y vio a Tatsumi de cabello oscuro, kimono azul y hakama negro, mirándolo con cierta preocupación.
—Oooh, Tatsu, ven siéntate conmigo a la mesa ¿Cómo te ha ido?— dijo Viggo de buen humor, camino hasta la cabecera de la mesa y espero a que Tatsumi se acercara a la silla de la derecha.
—Estoy bien, nii-sama— dijo Tatsumi mientras movía la silla hacia atrás y se sentaba —me ha ido bien, es solo que vine a ver a aneue para pedirle su consejo—
—Oooh, me acuerdo de lo que me preguntaste hace tiempo ¿Todavía tienes dudas?— preguntó Viggo sentándose al mismo tiempo que Tatsumi
—Sí, nii-sama, sumimasen— dijo Tatsumi con una expresión de disculpa en su rostro
—No tienes nada de que disculparte— dijo Viggo, saco una botella de estus de su anillo la coloco en la mesa. Después fue por dos vasos a la cocina, donde se escuchó la advertencia de Tsubaki. Viggo soltó una risita juguetona y salió lo más rápido posible. Una vez que volvió a la mesa puso los vasos, sirvió estus y le ofreció uno a su hermano.
—¿Kampai?— dijo Viggo con dudas mientras levantaba su vaso
—Sí, kampai— dijo Tatsumi, tomando su vaso con ambas manos y mostrándolo a Viggo. Ambos bebieron el estus de un solo trago. Era más una bebida de sabor único que algo recreativo. Después de todo, no solo recomponía el cuerpo, sino que también sanaba el alma
—Danna-sama— dijo Tsubaki saliendo con algunos platos en sus manos en dirección de la mesa —creo que oto-sama le dio eso para ocasiones especiales, cuando realmente lo necesitara. No para utilizarlo en una simple comida—
—No hay problema, Tsubaki, no hay problema— respondió Viggo con una gran sonrisa —esto es solo uno de los fallos del viejo al tratar de producir estus. No es el real—
—Eso espero, me sentiría mal por oto-sama si usted lo ocupa en frivolidades— añadió Tsubaki, dejo los platos en la mesa. Todo era comida tradicional del Lejano Oriente. Después volvió a la cocina por más platos.
Tatsumi se acercó al lado a Viggo y le susurro —¿Qué paso? Nunca había visto a aneue tan seria. Es como si ella fuera okaa-sama—
Viggo soltó un suspiro y respondió de forma simple —digamos que ella está en su modo serio. Ya se le pasará—
—¿Tú crees?—
—Sí, Tsubaki ha sido toda su vida de una manera. Solo se está forzando. Solo me preocupa que ella se vuelva terca con respeto a esta conducta y se siga presionando—
—Bueno, ella es la hija de okaa-sama—
Tsubaki volvió de la cocina con más platos, los puso en la mesa y volvió a la cocina para traer el último conjunto de comida. Ella se sentó al lado izquierdo de Viggo, frente a Tatsumi. Viggo la quedó mirando, ella le dio una mirada significativa y él entendió.
—Oooh, mmm, itadakimasu— dijo Viggo con incomodidad, Tsubaki y Tatsumi también dijeron lo mismo y comenzaron a comer.
Esta situación estaba estresando a Viggo y como él era un Dragonroad acostumbrado a conversar en la mesa con sus hermanos, tías y padres, preguntó a Tatsumi —¿Cuéntame lo que te molesta?—
Tatsumi apartó los ojos de la comida, miró a Viggo de cabello rojo y después a Tsubaki, sentada al frente. Ella siguió comiendo, algo extraño, porque si fuera en otra ocasión, ella los regañaría. Hasta Tatsumi se estreso de solo verla tan seria en su modo esposa tradicional.
Tatsumi soltó un suspiro, dejo su cuenco con arroz a un lado, los palillos apoyados en un soporte y respondió —la verdad, he seguido yendo al calabozo, sigo entrenando con mi katana, pero ya no tengo idea para que lo hago. Tengo la idea de viajar, pero me preocupa el estado de okaa-sama. No sé cómo ella se lo va a tomar—
—Aaaaah— dijo Viggo con una exhalación —el mismo problema de la otra vez ¿Pensé que ya habíamos roto esa barrera?— Tatsumi agacho la mirada y se sintió avergonzado. Viggo también soltó un suspiro ante su actitud débil. Miró a Tsubaki para ver que tenía que decir ella, pero esta última estaba comiendo como si la conversación no tuviera nada que ver con ella. Viggo negó con la cabeza y le preguntó de forma directa —¿Tsubaki, tienes algún consejo para Tatsumi?—
Tsubaki apartó la mirada su cuenco con arroz, miró a Viggo y después miró a Tatsumi. Quería gritarle un millón de cosas por ser tan débil e irremediablemente dependiente. Todo esto pasaba porque Flora había desaparecido de Orario. Tatsumi se sentía indefenso y por eso no sabía qué hacer. Antes era igual, no tenía un objetivo ni una meta que seguir, pero porque estaba Flora, sentía la motivación de ser aventurero. En serio, si no se estuviera puliendo a sí misma como esposa, le hubiera dado la lección de su vida.
—Yo, creo que Tatsumi debe hablar con danna-sama y tomar una determinación por su propia cuenta— dijo Tsubaki con una mirada afilada y una expresión que decía que se estaba conteniendo para no golpearlo. Ambos habían nacido de la misma mujer ¿Por qué él debía tener una actitud tan débil?
—Bien— dijo Viggo, cambiando el foco de atención y sonriendo para aliviar la tensión en el aire. Estaba seguro de que, si Tsubaki tuviera una katana entre sus manos, perseguiría a Tatsumi por todo Orario hasta que cambiara su actitud —dicho de esa manera, creo que deberías probar sumergirte en el calabozo con una familia. En este momento tienes la bendición de mamá ¿Cierto?—
—Sí, de Hephaestus-oba-san— respondió Tatsumi con miedo, mirando a Viggo y tratando de ignorar a su hermana que lo miraba con rencor.
—Ok, vas a hablar con mamá y le pedirás que te la quite. Dile que yo se lo pido, así, nadie te preguntara más de la cuenta. Después de eso vas con Bishamon, la diosa que vive en la casa al lado de mi mansión. Dile que vas de mi parte y que eres mi hermano. Ella te aceptara sin cuestionarte. Una vez que obtengas la bendición de Bishamon, sumérgete durante unos meses con Siegfried, su hermana, Sakura y Ana. A lo mejor la compañía de otros aventureros te sirve. Si no, bueno, deberás abandonar la familia y viajar, como te lo propusiste—
—Yo ¿Será buena idea? ¿Y okaa-sama?—
—¡Ii kagen ni shiro!— grito Tsubaki, ya al límite de su paciencia y levantándose de su asiento —¿Para qué vienes a preguntar por un consejo que pones en duda? Resuelve las cosas por ti mismo si no quieres escuchar a otros ¿Cómo puedes ser tan indeciso? Deja de molestar, Tatsumi, lo único que veo es que ocupas a okaa-sama como excusa para quedarte en el mismo lugar de siempre. Eres mi hermano, demuestra determinación. De lo contrario, nunca llegaras a ningún lado—
—Yo, lo siento…— dijo Tatsumi agachando la cabeza
Tsubaki le dio un fuerte puñetazo a la mesa y la rompió, haciendo que todas las cosas se cayeran al suelo —no te disculpes, muéstrame con acciones. Se un hombre de verdad—
—Suficiente— dijo Viggo en manteniendo la calma
—Danna-sama— dijo Tsubaki con los ojos llorosos, triste de que su hermano se haya transformado en esto
—Suficiente, Tsubaki— dijo Viggo —solo estás bajo estrés. Puedes ir a descansar, yo despediré a Tatsumi—
Tsubaki miró a su hermano, quien seguía sentado sin protestar o defenderse, en una posición indefensa. Ella derramo lágrimas y respondió en voz baja —sí—
Una vez que Tsubaki se fue a su habitación y cerró la puerta. Viggo se levantó de su asiento, se puso por detrás de Tatsumi y lo abrazó —está bien, Tatsu, ella solo está enojada. Ya conoces como se pone Tsubaki cuando algo no le gusta. Ella solo quiere lo mejor para ti, pero es mala con las palabras—
Tatsumi asintió mientras sollozaba en silencio. Viggo lo soltó después de un minuto, se sentó en su silla, a la izquierda de Tatsumi y lo espero hasta que él se sintiera mejor. Una vez que Tatsumi se levantó de su silla, Viggo lo acompaño a la puerta y le abrió la reja.
—Tatsu— dijo Viggo, mirando a Tatsumi pasar por la entrada y detenerse en la vereda. Tatsumi se dio la vuelta, lo miró con una expresión triste y Viggo continuo —por ahora, has lo que te dije. Lo importante es no quedarse en un mismo punto, no quedarse ocioso. La gente piensa estupideces cuando no hace nada. Así que, por ahora, has lo que te dije. Yo te apoyo elijas lo que elijas, ahí estaré para ti—
—Sí, nii-sama—
—Ven acá— dijo Viggo y le dio un último abrazo —no te preocupes, esto es solo una etapa de la vida. La superaras, te harás más fuerte y valiente. Entonces te reirás de este momento—
Ambos se separaron, Tatsumi quedó mirando a Viggo y le preguntó —¿Nii-sama fue el mismo?—
—Sí— dijo Viggo con una sonrisa en los labios —aunque, todavía me avergüenzo de haber andado jugando al héroe en la región de Dedalus. Ahora estoy pensando en una buena excusa para explicarle a Uriel y Bell. Seguro que alguien le cuenta y ellos se ríen de mí, jajajaja. Solo estaba confundido, hermano. Todo el mundo puede estar confundido, no te lo tomes en serio—
—Yo…— dijo Tatsumi —lo intentare—