Archer y Thorin dejaron de volar en la alfombra una vez que anocheció, y montaron un campamento junto a un río.
Era un pastizal abierto sin un bosque a la vista. Todo lo que Archer podía ver era pasto y el río, lo que le hacía feliz.
Las chicas hicieron su aparición, haciendo reír al tío de Archer mientras seis chicas iban a montar una tienda grande.
Thorin miró a Archer, quien estaba allí sentado comiendo algo de pan que Ella cocinó, con Sera en su regazo mordiéndole el cuello.
—Muchacho, ¿has terminado de consentir a tu chica dragón? ¿Por qué dejas que ellas monten tu tienda? —preguntó Thorin, riendo para sí mismo.
Archer miró al hombre con una sonrisa antes de responder. —Ellas querían hacerlo. No me importa ayudar pero no me dejaron. Son chicas obstinadas pero me encanta eso.
El hombre mayor se rió y habló mientras se levantaba para dirigirse a su tienda. —Hablaré contigo en la mañana, sobrino. Nos vemos luego, chica dragón.