—Ahora, sobre asuntos familiares, ¿podemos profundizar en los planes de matrimonio con Sofia? Es una chica simpática, a diferencia de su dominante madre y abuela. Y no olvidemos a tu encantadora esposa; es toda una belleza —dijo Archer con un tono juguetón que se hizo paso en medio del breve silencio.
Fue entonces cuando un golpe resonó desde el otro extremo, acompañado de intentos susurrados por calmar al furioso Papa, para diversión de Archer.
Sin embargo, mientras la risa escapaba de sus labios, la ira del Papa alcanzó su clímax. —¡Tú lagarto odioso, cómo te atreves a mencionar a mi esposa! Te cazaré, maldita criatura. Pretendes ser humano, desfilando en piel robada.