Mientras tanto afuera, en la oscura y solitaria calle había una persecución, un hombre corría a toda velocidad, tapando la herida que tenía en el brazo, se veía aterrado, volteaba varias veces, viendo a su agresor, que lo perseguía con un hacha en la mano, cubría su rostro con una máscara con una tétrica sonrisa, en cuanto vio la casa apartada de la ciudad, corrió a esconderse, esperanzado, tumbó la puerta, adentrándose. Moondai se sobresaltó al escuchar el fuerte golpe, somnoliento se levantó, al oír los pasos apresurados de alguien, se escondió por debajo de la cama, pero esa persona nunca llegó, solo escuchó la puerta del baño cerrarse, esa persona se había ocultado, confundido, se acercó sigilosamente al pasadizo, se asomó, a causa de un relámpago que iluminó la sala, logro estar cara a cara con aquel enmascarado, con un hacha en mano, él también logró verlo.
Moondai retrocedió aterrado, cerrando la puerta, escuchó los pasos de aquella persona acercándose a la habitación, buscó a su alrededor algo útil. EL asesino tomó el hacha que estaba en el suelo, y se fue acercando al pasillo, alzó su hacha, para golpear el picaporte de la puerta, fácilmente logró romperlo y cuando estaba por entrar el hombre salió de su escondite para enfrentarlo, le dio un fuerte golpe en la cabeza, con su puño, aturdiendo lo por corto tiempo, nuevamente empezó una pelea justo en la entrada, Moondai estiraba su brazo todo lo que podía para alcanzar el cuchillo que estaba en la mesa, accidentalmente cayó con el filo en su dirección, muy cerca de él, teniendo lo con el corazón en la garganta.
En medio de aquella pelea y su desesperación sacó su arma contra él enmascarado, sonrió victorioso, - ahora sí te voy a enfriar ¡maldito hijo de perra! – él se mantuvo inmóvil, entonces disparó, justo en la pierna, su objetivo tambaleo, apoyándose en la pared para mantenerse de pie - mataste a mis compañeros – él se movía justo antes de que disparara, evitando una bala, entonces le apuntó en la cabeza y jaló el gatillo, pero ya no había más balas, desconcertado y asustado jalo el gatillo una y otra vez, miro el baño, corrió a esconderse, el enmascarado, dejando de lado el dolor en la pierna corrió y logró alcanzarlo.
Escondido, Moondai puso escuchar los gritos desgarradores de aquel hombre, poco a poco fueron disminuyendo, reemplazados por el sonido del hacha impactando contra un montículo de sangre, en cuanto todo quedó en silencio, el asesino salió del baño cojeando, arrastrando el filo de su hacha dejando un rastro de sangre con ella, la sangre mancho su máscara, escucho sus pasos, apretando el mango de su única arma, se tapó la nariz ya que el olor a sangre era fuerte, conforme se iba aproximando, vio sus pies llagar al cuarto, paralizando lo del miedo.
De repente, se apoya sobre su pierna herida para dar una patada al borde de la cama con la otra, no se necesito mucha fuerza ya que la cama contaba con rueditas en las patas, por lo que se movió a una distancia suficiente para que se viera el filo del cuchillo y sus dedos sobre el mango, Moondai olvido por un instante que estaba debajo se golpeó la cabeza contra, las tablas que sostienen el colchón – me está yendo bastante bien por ahora, lo menos que necesito es un testigo – escuchó una voz hostil, no pensaba salir de ahí hasta que empezó a golpear la cama con su hacha, muy cerca de él.
Salió arrastrándose por el lado contrario, lo único que los separaba era la cama como una especie de muro, Daniel saltó sobre ella e intentó darle con el hacha, pero por fortuna de Moondai fallo, tenía que defenderse de alguna forma, saltó a la cama con dirección a él, intentó herirlo con el filo de su hacha, pero sus ataques eran esquivados, bastante bien.
De un rápido movimiento, contraatacó lo tomó de la muñeca del lado donde tenía su hacha, dándole un fuerte rodillazo en la cabeza, aturdiéndo lo, no perdió tiempo, de un puñetazo lo tumbó sobre la cama. Moondai fue rápido al esquivar el golpe con su hacha, se fijó en la herida de bala en su pierna, él se estaba aproximando con su hacha en alto, dejó su cuchillo a un lado para abalanzarse contra, logró tumbarlo al suelo, intentó quitárselo de encima ya que lo estaba ahorcando. Moondai tenia el corazon en la garganta y sus manos en el cuello del intruso, no era totalmente consciente de lo que estaba haciendo, era como si algo más se hubiera apoderado de él para asegurar que saldría vivo del enfrentamiento, el jamás hubiera sido capaz de pelear con alguien, sin embargo ahí estaba.
Él estiró su brazo lo más que pudo para alcanzar el mango de su hacha, al alcanzar lo atacó, hiriendo a Moondai en el brazo, tapó su herida con el otro brazo, viendo una mancha negra que emanaba de su herida, pero no tuvo tiempo de pensar o siquiera reaccionar al recibir otra patada por su contrincante, uso el mango para mantenerlo en el suelo, aplastando su garganta, él se quejaba, intentando liberarse, el asesino pisoteo sus rodillas con fuerza y en repetidas ocasiones para impedir que se levante, haciendo que grite de dolor – me asegurare de que no sientas más – lo escucha habla. Horrorizado, Moondai buscó la mirada del asesino, pero solo encontró los hoyos vacíos de su máscara, y el filo del hacha alzarse sobre él.
No pudo hacer nada para evitar lo que estaba apunto de pasar.