Tomándola del brazo, Gao Tian la guió hacia un rincón apartado, cuidando que Xia Mingzhou no los viera al salir de la habitación.
—Sé que no fue lo más amable de decir, pero ella... ella dijo que no era adecuada para el concurso. ¿Cómo iba a dejar que me dijera eso? —Jiang Xiu soltó, evidente su frustración.
—Jiang Xiu... —Gao Tian la llamó, haciendo que ella enderezara la espalda nerviosamente.
—¿Qué pasa? —preguntó ella, con anticipación en su voz.
—Hiciste un trabajo fantástico —la tranquilizó él con una risita.
Jiang Xiu se congeló en su lugar con una expresión desconcertada.
Incluso agravando intencionadamente la situación, o simplemente se iba si no estaba de humor para enfrentamientos. Pero este era el abuelo de Luo Zhelan, lo que daba peso a sus palabras y la afectaba más profundamente.