Estar atrapado en lo que equivalía a una lata en el fondo del océano no estaba haciendo maravillas por mi nivel de estrés. Ocasionalmente, escuchaba crujidos y gemidos provenientes de las paredes que nos rodeaban, e incluso hubo algunos golpes como si algo estuviera golpeando el exterior.
—¿Supongo que no sabes qué es eso? —le pregunté a uno de los hombres mientras continuaban guiándonos cada vez más profundo en las entrañas de la bestia.
—No —se encogió de hombros el hombre como si no fuera gran cosa—. Bueno, los crujidos son por la presión en el casco. Eso es normal, pero el golpeteo? Lo mejor que podemos suponer es que es algo afuera tratando de entrar.
¿Había alguna manera de recuperar a Psicópata? Realmente podría usarla justo ahora.
—¿Sabes que todos somos parte de ti, verdad? —preguntó Violencia dentro de mi cabeza—. Así que no es como si Psicópata se hubiera ido tan lejos.