```
Nuestra cita improvisada, con trajes de neopreno y todo, era justo lo que necesitaba. Solo el poder relajarme con los chicos y hacer bromas marcaba toda la diferencia en el mundo. Incluso los peces muertos flotando en el fondo de los tanques y siendo comidos por los otros peces no eran suficientes para mermar nuestro ánimo. Y ahora, estaba más que lista para enfrentar lo que fuera que el comandante tuviera preparado para nosotros.
Llegamos al muelle alrededor de las 1230, y antes de que cualquiera de los Dragones Marinos lo hiciera. Me senté al final con los pies colgando en el agua. Saber que era la más mala del lugar hacía que fuera mucho más fácil hacer cosas así.
—Llegas temprano —gruñó el comandante. Era obvio que no estaba impresionado con nuestra puntualidad.