Después de que Bella confesara estar en una relación con Edward Cullen durante la cena sonó el timbre y papá abrió, recibiendo a un educado y muy bien arreglado novio de su hija mayor.
Pude ver el alivio en la cara de mi hermana cuando papá no lo llamó Edwin a la cara.
-Entra Edward, dame la cazadora.
-Gracias señor.
-Llámame Charlie, ven y siéntate.
Papá asintió sutilmente al ver que Edward se sentaba en una de las sillas en lugar del sofá, por lo que Bella solo podía sentarse con Charlie. Yo me quedé parada apoyando mi hombro en la pared, donde papá no podía ver mi sonrisa ligeramente burlona. Mi hermana me dio un puchero al ver mi actitud y movió sus labios hacia mí antes de sentarse.
Ya te va a tocar a ti.
Negué altaneramente con la cabeza y le saqué la lengua. No quería perderme al vampiro ser interrogado por mi padre.
Pero la conversación fue muy corta.
-Tengo entendido que vas a llevar a mi niña a un partido de béisbol.
-Esa es la idea señor.
-Bueno, eso es llevarla a tu terreno supongo.
Ambos se rieron y yo fruncí el ceño, ¿estaba papá haciendo una broma a expensas de Bella?
Mi hermana inmediatamente se levantó y urgió a Edward a irse sin esperar que ninguno se levantara y fue a la entrada, los dos hombres no tuvieron de otra que seguirle.
-Mary, me llevo tu cazadora ¿puede ser?
Asentí, sería muy anticlimático subir las escaleras ahora, además que le daba la oportunidad a papá de hacer más bromas malas.
-No vuelvas demasiado tarde Bella.
-No se preocupe Charlie, la traeré temprano.
-Cuida bien a mi hermana ¿Entendido? -No pude evitarlo, ahora que los veía irse sentía una pesadez en el pecho, mi corazón latía rápido y se me había puesto la piel de gallina.
El rostro de Edward se puso serio.
-No se preocupen, Charlie, Maribell, prometo que estará a salvo conmigo. - Papá se quedó mudo ante la solemne promesa llena de sinceridad de Edward. Yo no me sentía más tranquila, pero intenté contenerme.
Papá y yo los seguimos afuera, escuché un largo silbido a mi lado cuando un gigantesco Jeep apareció en nuestro campo de visión. Las ruedas del monstruo eran tan altas como mi cintura.
-Pónganse los cinturones -advirtió papá.
La lluvia densa nos disuadió de acercarnos más. Bella subió sin esfuerzos al Jeep, claramente gracias a la ayuda de Edward, de otro modo hubiera sido un desastre, o por lo menos, tardado el triple de tiempo en llegar al asiento.
Pronto el auto desapareció en la lluvia, pero Charlie se quedó quieto mirando el vacío.
Suspiré y entré para buscarle un abrigo.
-Y tú Mary ¿Vas a venir mañana con un novio?
-Solo si encuentro uno esta noche.
Se rio ante mi comentario. Yo suspiré, no tenía madera para chistes, eso lo había heredado de él.
Yo también miré hacia la dirección en que había desaparecido el jeep, el mal presentimiento era como un peso sobre mi cabeza y en mi pecho. Puse mi mano sobre mi corazón intentando pensar en calmarme, pero no funcionó.
Frustrada, lo intente con papá y el calor al que ahora asociaba con la habilidad fluyó desde mis dedos. La expresión ligeramente preocupada de Charlie se calmó y me dio un abrazo de costado.
-Vamos adentro, hace frío.
Charlie se puso a mirar la tele y yo fui a lavar los platos. Necesitaba hacer algo para distraerme.
El tiempo fluyó lento, en extremo. Fui a mi pieza y me acosté con los ojos cerrados, penando con fuerza qué es lo que podría pasar para hacerme sentir este miedo creciente en mi interior.
Pero era como si algo hubiera entorpecido mi mente, una bruma rodeaba mis pensamientos cada vez que quería recordar algo de mi vida anterior, lo que me causó más miedo.
Terminé caminando en el piso de arriba, iba a la habitación de Bella, luego a la mía.
Por primera vez, concentré mis pensamientos en esa habilidad tan similar a tener un tranquilizante en las manos e intenté usarla en mí misma, pero no funcionaba.
En mi frustración creciente voltee mi neceser y mi cuchilla para las piernas se desarmó en el suelo. Debido a mi estado de ánimo agitado no controle mi fuerza y me corté muy superficialmente mi dedo pulgar.
El dolor punzante y la sangre roja me dejaron en trance.
Sangre.
Sentí mi mente aclarase y ... ¡BAM!
- ¡VETE EDWARD! - La voz llorosa de Bella sonó en mis oídos, pero el sentimiento de malestar en mi pecho no había disminuido en lo absoluto.
Dejé la cuchilla en el neceser y bajé corriendo las escaleras sin importarme el pequeño corte en mi mano. Vi a Charlie con cara de sorpresa.
- ¿Bella? -La llamó, pero mi hermana se volvió a gritarle con furia antes de correr hacia la escalera, me empujó al pasar y tuve que agarrarme del pasamanos para evitar caerme, embadurnando el pasamanos con sangre.
Charlie corrió detrás de ella, pero me sujetó y estabilizó, pero al ver la sangre en el pasamanos su cara palideció, corriendo detrás de mi hermana. Pero ya se había retrasado en la escalera por lo que solo pudo aporrear la puerta cerrada con pestillo.
-Bella ¿Estás bien? ¿Qué está pasando? ¿Estás herida? - su voz sonaba aterrada.
Yo había corrido detrás de él.
-Esa es mi sangre papá.
-Me voy a casa.
Las facciones de papá se retorcieron en ira.
- ¿Te ha hecho daño?
Palidecí. Yo sabía que Edward era un vampiro, y aunque nunca recibí confirmación, me basé en estúpidas memorias que ahora ni siquiera podía recordar completas para guiarme y dejar que mi hermana se enamorara de él. No puede ser, si Edward la lastimó es mi culpa...
- ¡NO!
¿No la lastimó Edward?
- ¿Terminó contigo?
-¡No!- Esta vez la voz estaba llena de sollosos.
-¿Qué está pasando Bella? ¡Abre la puerta!
-Yo corté con él.
La puerta se abrió y yo estaba mal posicionada, además de que el miedo había dejado mis piernas débiles, terminé deslizandome contra la pared para evadir a Bella que salió corriendo con Charlie en su estela.
Suspiré, aunque podría decirse que casi sollocé. Me incorporé lo más rápido que pude y bajé las ecaleras justo para oír a mi hermana decirle las cosas más hirientes a papá.
-...me gusta, me gusta demasiado. ¡Por eso no aguanto más estar aquí! No quiero acabar en este pueblito aburido, atrapada en medio de la nada como mamá. No quiero quedarme más.
Ver la expresión de dolor en los ojos de Papá me petrificó. No podía pensar. Quedé a un metro de Bella quien estaba llorando.
-Bella no puedes irte ahora, es de noche.
-No quiero quedarme ni un segundo más.
-Dormiré en el coche si estoy cansada - Bella evitaba la mirada de Charlie y se cruzó con la mía sin querer. Pude ver el dolor y el miedo en su rostro antes de que volviera la cabeza hacia la dirección contraria, lo que me hizo fruncir el ceño. ¿Qué me había perdido?
-Espera otra semana antes de irte Bella, Reneé estará en Phoenix para entonces. -La súplica y el dolor en su voz era casi palpable.
- ¿Qué? - La duda en el rostro de mi hermana debía reflejar el mío, cómo sabía papá que mamá estaría en Phoenix en una semana.
-Estamos en contacto y me dijo que si volvería a finales de semana si Phil no lograba firmar en Arizona. - El tono de voz de papá se suavizo al ver a Bella detener su huida.
Hubo un momento de estancamiento y yo inconscientemente retuve mi aliento.
-Tengo llave de casa, déjame ir Charlie. Esto no ha funcionado. Odio Forks con toda mi alma.
Las mismas palabras que le dijo Reneé a Charlie ese día hace diecisiete años, una situación similar, dejaron a papá en estado de shock brindando a Bella la oportunidad de escapar. Y yo la seguí rápidamente.
La alcancé justo antes de que pudiera cerrar la puerta de la camioneta y la agarré con fuerza del brazo.
- ¿Porqué? ¡Dime la verdad!
Sentí mis dedos calentarse con mis palabras, la habilidad se había activado nuevamente; me sorprendí y alegré al mismo tiempo, pero un segundo después me frustré, supe que no funcionaba. Era como si el viento golpeara una ventana cerrada.
-Lo siento Mary, lo siento mucho. Cuida de Charlie y los llamaré mañana, pero de verdad, de verdad no quiero estar aquí un segundo más.
Ahora su tono estaba lleno de miedo y pánico. Algo brilló en mi mente y la solté. Instintivamente evitando mirar a mi alrededor.
Fruncí los labios, apretando mis dientes para no decir. Corrí adentro de la casa y cerré la puerta con llave, no tenía tiempo para pensar en nada más que en Charlie ahora.
Lo vi sentado en el sofá con una expresión ausente y vacía en sus ojos.
Me senté frente a él y le tomé las manos sin que respondiera a mi toque. Cerré los ojos e inspiré profundamente para calmarme y suavemente intenté enviarle sensaciones de consuelo y tranquilidad a papá con mi habilidad.
El suave calor fluyó de mis dedos a sus manos frías y sus ojos se enfocaron lentamente. Me miró a los ojos y una por una las lágrimas cayeron.
Lo abracé mientras lloraba, sin dejar de enviar calma. Poco a poco intenté pensar en que se sintiera somnoliento y el calor en mis dedos fluctuó por unos minutos antes de estabilizarse.
Diez minutos después Charlie estaba dormido en el sillón. Le saqué los zapatos, busqué una manta y lo cubrí con ella antes de ir a la cocina por un trapo y limpiar el pasamanos lleno de manchitas de sangre.
Mi pequeño corte en el dedo ya no sangraba y seguramente se curaría en un par de días lo limpié y esterilicé, pero no valía la pena ponerme una bandita. Agradecí por tener la vacuna del tétanos o tendría que agregar un viaje a la farmacia o al hospital y no era el momento de hacer nada.
Acomodé las cosas que habían sido derribadas por los bruscos y torpes movimientos de Bella y papá, acomodé la habitación de Bella, todo mientras pensaba en el breve recuerdo que finalmente afloró en mi mente.
Era el conocimiento de que Bella había hecho esta terrible escena para evitar que el peligro llegara a nosotros.
Me frustré de nuevo.
Una idea se me ocurrió en ese momento, escribir lo que sabía que iba a pasar. Pero la deseché rápidamente. Sentí que mientras más pensaba en mis memorias de mi vida anterior, más rápido desaparecían.
Llena de frustración bajé el colchón de mi cama al salón y me acosté allí con papá sin poder dormir el resto de la noche.
Me duele la mano.
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