Si debo pintar tu oscuridad,
me quedaré sin retorno.
Y aunque no signifique maldad,
dime tú, cómo podré salir de aquí.
[Re/dye Black]
Frente al espejo, sintiendo cada parte de su rostro. ¿En verdad esto es real?
"Parece que si fue un sueño..."
Sale del baño, vuelve a preparar su cereal como desayuno y se sienta en el sofá. Esta vez no puso el canal de noticia, estuvo cambiando, pero al final no encontró nada interesante, así que decidió apagarlo.
-Me siento agotado-
Termina de desayunar, mira su celular, he ahí el mensaje de Derek. Esta vez sí recordaba, por lo que, se levanta, se prepara y espera a que llegue. Suena el timbre, pero esta vez abre la puerta al instante.
"Ah... ¡Noah! Bonjour my friend. ¿Hoy me esperabas detrás de la puerta?". Dice Derek, con una expresión bromista. "Sé que me extrañas y todo, pero no tienes que llegar a ese extremo, no, no".
"Estaba ahí porque sé cómo eres, algún día terminarás averiando mi timbre". Responde Noah, mientras cierra con llave su puerta.
"No tienes por qué esconder tu amor hacia mí". Hace una mueca y le da un empujón en el hombro. Parece estar divirtiéndose.
"Ya, quédate en paz". Dice molesto.
Al igual que antes, su conversación fue sin importancia y conforme más avanzaban, todo era igual; las sirenas que se escuchaban de fondo volvían a escucharse. Noah, al escucharlas, recuerda lo que pasó en su sueño, pero lo toma solo como una coincidencia. Eso fue solo hasta llegar al edificio en el centro; ahí se encontraba la multitud. Sintió un escalofrió, sus sentidos reaccionaban, ya no tenía un buen presentimiento sobre esto.
"Hey, Noah, ¿Ya viste?". Pregunta Derek. Noah responde haciendo un sonido con la boca. "¿Por qué hay tantas personas?".
Noah no había mencionado nada al respecto, de hecho, hubiera preferido que su amigo no se haya dado cuenta, ya que su curiosidad puede ser muy necia, tanto que resulte molesta. Tal vez debería decir una excusa, pero no, sabe que no dejaría de preguntar o querer ir. Ya lleva un rato callado.
"¿Noah?". Dice Derek.
"Ah, pero mira qué hora es, ya casi es hora de nuestra función, deberíamos irnos". Lo toma de los hombros intentando desviarse.
"Suéltame". Hace un jaloneo. "Quiero ir a ver qué pasa".
"Pero ya pagaste las entradas, sería una pena perdernos la película".
"Perdernos un par de minutos, no es de importancia".
-Mierda-. Noah comienza a rascarse el brazo, como un tic de nervio. Intenta nuevamente detenerlo por los hombros, pero parece que solo hace que se moleste; logra zafarse empujándolo.
Continúan caminando. Ya todo parecía extraño, pero cada vez se ponía más. Nunca había visto que Derek se enojara por una estupidez como esa; si, aquel amigo tan positivo. Pero, hasta su mismo cuerpo se negaba a seguir avanzando, es como si sus propios sentidos le estuvieran diciendo algo, solamente no quiere dejar a su amigo. Vuelve a rascarse el brazo, parece que la sangra comienza a brotar, poco a poco. Las sirenas suenan cada vez más cerca.
"Por favor Derek ¿Qué te sucede? Solo escúchame, no deberíamos estar aquí, tengo..."
"¡¿Qué?!". Lo interrumpe. "¿Qué tienes? Aquí el que actúa raro eres tú".
"No, de verdad, escúchame, me siento muy inquieto, tengo un mal presentimiento"
En ese momento, ambos se encontraban justo a mitad de la calle, a tan solo un par de metros de aquella multitud.
La persecución ya se encuentra en la esquina.
Noah jala el brazo de su amigo, haciendo que este pierda el equilibrio y tropiece. El coche al que la policía persigue pasa rosándolos. Noah aprieta los dientes, hace fuerza y levanta a Derek. Parece cámara lenta, la adrenalina aumenta, la cabeza da vueltas, ¿Qué es este dolor?. Corre hacia una cafetería, buscando algún sitio de refugio; jalando del brazo a su amigo y con mirada recta, siente la eternidad.
Se escuchan los disparos, las aves se asustan y vuelan para poder alejarse. Se niega a mirar atrás, con imaginar le es más que suficiente. Vuelve a sonar otra ronda de disparos. La tercera patrulla fue dañada, pierde el control y se desvía con dirección a la cafetería. El sentido del oído se agudiza; Noah, se percata de lo que sucede, salta y hace una barrida contra la puerta de cristal, destruyéndola al instante. La patrulla termina por estrellarse en la entrada dejando el paso bloqueado. Los 10 segundos más eternos.
Noah se levanta y se sacude, parece que solo obtuvo unos pocos rasguños por el cristal de la puerta; aún le cuesta calmarse, su respiración continúa agitada. Observa el lugar, pero siente como alguien o algo le jala del pantalón.
"No... ah".
Era Derek, al ser casi arrastrado, el coche logró atrapar su pierna izquierda contra la entrada destruida; está atascado, no se puede mover y probablemente la pierda por completo. Las gotas se expanden como en un rio, el suelo está pintado por su sangre.
Noah se angustia, sus ojos parecen en trauma, no sabe qué hacer. Se acerca para poder observar; parece inmóvil, ya perdió mucha sangre. Ambos tiemblan inconscientemente.
"De... deja intento sacarte". Dice Noah.
Toma su brazo he, intenta sacarlo haciendo fuerza, pero es inútil; parece que solo lo lastima más. Preocupado, busca por la cafetería algo que pudiera ayudar. Detrás del mostrador había un empleado de la cafetería; estaba acurrucado, no parecía alguien fuerte, de hecho, era muy delgado y el que estuviera escondido ahí, no daba mejor impresión. Su cabello era negro, despeinado, los rasgos de su rostro eran delgados y vestía el uniforme de la cafetería. Noah se acerca, le toca el hombro y le habla.
"Oye ¿Estás bien?"
"¿Eh? A, si, si, déjame en paz". Le responde el empleado. Parece estar bastante asustando y no muestra interés por querer salir de ahí atrás.
"Por favor, necesito tu ayuda"
"No, déjame, déjame". Empuja a Noah y se vuelve a acurrucar.
"Mi amigo... va a morir, por favor"
El chico lo mira de reojo, parece estar a punto de llorar. Noah lo ve, no responde; se talla los ojos y vuelve con Derek.
Pasaron cinco minutos, el empleado, nervioso, llega con Noah y le da varios trapos, dice que son para hacer presión en la herida. Ya había llamado a una ambulancia, solo había que esperar.
Derek estaba muy débil, había perdido mucha sangre, todo se volvía borroso, su respiración bajaba y poco a poco sus parpados caían. Pierde la conciencia.
[Nero]
Todo mi mundo, se tiñe de negro.
Como cigarras, su sonido te envuelve los 360 grados, pero, aun así, no llegas a nada; te encuentras tan débil que ya nada te molesta.
"Donde... estoy...". Dice Derek, abriendo lentamente los ojos. Todo está negro.
Se encuentra acostado sobre el suelo, se siente mojado, como si estuviera sobre el agua a la orilla de un río. Mira hacia la derecha, hacia la izquierda; nada, no hay nada. Está muy débil, su cabeza da vueltas, intenta ponerse de pie, pero ya no puede, perdió su pierna.
"¿Esto es lo que llaman purgatorio?"
Una nada, sin comienzo, ni fin, sin saber el lugar o la hora, solo tú, y tu silueta. Las cigarras se detienen y solamente el movimiento del agua hace eco.
"En verdad, he muerto"
[Nero]
Suena algo, un nuevo sonido, parecen golpes hacia una puerta de madera, pero, se escuchan muy lejos; no le da importancia. Suspira y cierra los ojos. Su oído se agudiza, no son golpes, parece una voz; cada vez la escucha con más claridad.
"Drk... Dexxk... D/e///r/tx... ¡Derek despierta!"
La manecilla vuelve a su función.
[Lumière]
Derek abre los ojos. -Un hospital-. Observa el lugar, lo primero que ve es a Noah, sentado a un costado de la cama, comiendo una manzana.
"¿No… ah?". Dice Derek. Le cuesta hablar.
"Ah, qué bien que despiertas; el empleado de la cafetería llamó una ambulancia y te trajeron". Responde Noah, después le da una mordida a la manzana. "¿Te sientes mejor? Dormiste muchas horas".
Responde afirmativamente con la cabeza. Gira su vista hacia la ventana; está completamente oscuro, ni la luz de la luna ilumina al cielo de esa noche.
-Oscuridad-. Piensa Derek. -Siento que olvido algo-. Con la poca fuerza que le queda, logra preguntar la hora. Noah, tenía la boca llena de manzana, por lo que no responde, pero señala a cierto punto de la habitación; ahí había un reloj de manecillas.
"No... funciona". Dice Derek.
"¿Ah? Se habrán acabado las baterías". Noah se levanta, baja el reloj de la pared y revisa las baterías. No tenía ni una puesta. "Olvida esto". Deja el reloj sobre la mesa, saca su celular del bolsillo y de ahí mira la hora. "11:21 de la noche".
"Dios...". Suspira.
"A si, tu madre vino en la tarde, te trajo fruta, la enfermera se la llevó al refrigerador, si quieres le digo que la traiga"
"Estoy... bien..."
Observando aquel techo, no hay más que pueda hacer. Derek se dispuso a dejar de hablar y simplemente soportar el peso de la noche.
12 de julio... 11:21 pm.