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Incluso si el líder de los Dracos hablaba calmadamente con él, no significaba que ambas partes hubieran llegado a un consenso.
El Ejército de Dracos quería tomar el Fragmento de Divinidad de la Emperatriz Élfica que se había transformado en un portal entre el Bosque de la Vida y Yggdrasil, el Árbol Sagrado.
Era obvio, pero los Elfos no querían que nadie se llevara lo que legítimamente les pertenecía. El portal a Yggdrasil era el bien más valioso en su posesión en este momento y perderlo debilitaría permanentemente a la Emperatriz Élfica.
—¡Eso no era algo que los Elfos pudieran aceptar, jamás!
Nial entendía la mentalidad de los Elfos, porque él tampoco le daría a nadie lo que le pertenecía. Era aún peor dado que los Dracos actuaban de manera prepotente frente a los Elfos.