El corazón de Nial estaba vacío y su mente en blanco. No tenía idea de lo que realmente estaba pasando y lo único que sentía era una ira incontrolable.
Algo le había arrebatado las riendas, pero no era el Dios Tardío de la Oscuridad ni la energía oscura.
Un ser que nunca había encontrado antes lo había hallado dentro de la Ciudad de las Pruebas, el único lugar donde los límites vacíos de los Universos estaban regidos por leyes diferentes.
Forzadamente creó un vínculo con él y había esperado hasta el momento exacto en que la mente de Nial estuviera más vulnerable.
Ese momento ocurrió cuando se apresuró hacia Kaeldur temiendo que su aliado de confianza hubiera muerto realmente, no solo en la Ciudad de las Pruebas, sino una muerte verdadera.
Solo entonces atacó, derrocando a Nial y forzándolo a liberar una cantidad tremenda de mana mientras desataba su habilidad [Despertar del Primordial].