—¿No entiendes lo que estoy diciendo? —Chieko respondió con calma antes de seguir a Connor fuera del coche.
—Estoy tan enojada. ¿Por qué esta mujer es tan arrogante? ¿Cree que es genial solo por sus tetas y culo? —Eugenia se sentó en el lugar y gritó con ira.
—Eugenia, las cosas ya han llegado a este punto. No te enojes aquí. Lo viste justo ahora. Ese Jecht claramente venía por ti. Si Connor no te hubiera defendido hoy, Jecht podría estar acosándote ahora. ¡Será mejor que pienses en una solución rápido! —Jeanette dijo impotente.
Los ojos de Eugenia también parpadearon con un rastro de extrañeza. Sabía que Connor realmente la había salvado hoy. De lo contrario, ella podría estar en problemas ahora.
—¿No eran esas dos personas muy arrogantes justo ahora? ¿No pensaban ellos dos que podrían resolver este asunto? Entonces, que los dos lo resuelvan… —dijo Eugenia inexpresivamente.