—¿Quién invitó a este patrocinador? ¿Es realmente tan rico? —preguntó uno de los estudiantes.
—No sé. Creo que es un presidente de San Antonio... —respondió otro.
—Este jefe es demasiado rico. De hecho sacó un millón de dólares como tarifas de patrocinio. ¿Qué no puede hacer con tanto dinero? —comentó uno con asombro.
—Escuché que esta persona vino con una bolsa de efectivo. Arrojó todo el dinero sobre la mesa, asustando a esas personas de una manera absurda... —narró otro, incrédulo.
—Debe ser el pariente de otro chico rico en la escuela. De lo contrario, ¿por qué iba a patrocinar tanto dinero? —especuló alguien más.
—Sí. La última vez, el presidente pidió a su tío que viniese y patrocinara 500,000 dólares. Eso ya fue lo suficientemente impactante. No me esperaba que alguien patrocinara un millón esta vez. ¿Qué tan loco es eso...? —añadió otro.