La mujer era rápida y fuerte. Luci sintió que su corazón se detenía por un segundo cuando la mujer levantó su arma hacia ella, aunque estaba segura de que tenía un hechizo de invisibilidad activado.
Había muy pocas personas que podían ver más allá de sus hechizos. Incluso en el mundo demoníaco, sus poderes eran únicos.
Solo soltó el aliento cuando Ana atacó varias veces pero no obtuvo ninguna prueba de su presencia y finalmente dejó de atacar.
Sus ojos aún entrecerrados seguían mirando el cielo, pero no importaba cuántas veces intentara sus hechizos, no reaccionaban. ¿Estaba siendo demasiado sensible?
—¿Qué sucede, tía? Pareces tensa. —preguntó Lucía mientras miraba el cielo y luego a Ana con confusión cuando Ana finalmente apartó la mirada.