Para Quinn, dos de los mayores obstáculos habían sido tratados, y fue mucho más fácil de lo que había imaginado. Si hubiera tenido que enfrentarse a Chris o Peter antes, no es que nunca pensara que podría vencerlos. Quinn conocía bien su fuerza y conocía la de ellos también.
El problema era vencerlos sin matarlos accidentalmente o causarles demasiado daño. Para lograr eso, tendrían que estar un nivel más alto que su oponente. Ser mucho más fuerte y seguro, y en este caso, Quinn lo había hecho bien.
Desde muy lejos, a grandes distancias, había varias personas observando a Quinn y su actuación.
—La armadura al menos debería poder hacer esto. —Dijo Mundus, mientras tocaba su dedo y aparecía una sonrisa en su rostro—. Me costó mucho esfuerzo conseguirla al final, pero parece que valió la pena.