—¡Tienes que dejarme ir, Rong'er! ¡Necesito ir al primer piso, esa mujer me está persiguiendo! ¡Me está culpando por matar a su hijo!
—Bájate de ahí y hablamos, ¿vale? Te bajaré, ¿de acuerdo? No necesitamos tomar el camino suicida para bajar, simplemente bájate y sígueme por las escaleras, incluso te dejaré tomar mi mano.
—¡No! A los pies de las escaleras está de pie su hijo, el que murió, se ve aterrador como el infierno, no quiero bajar por ahí, —Fu Yu Shen chillaba como si fuera un pollo que Fu Rong llevara a la carnicería—. No quiero ir, no quiero ir, Rong'er mi buena hermana solo déjame saltar de aquí, ¿vale? No dolería.
—Jesús, ¿puedes callarte ya? ¿Dejaste tus cojones en el vientre de nuestra mamá o algo así? ¡Eres patético! —gritó Fu Rong, cada vez más molesta—. ¿No puedes quedarte quieto un minuto, niñita? Soy la chica aquí, y aun así tengo que impedirte que tomes una decisión precipitada, ¿no te parece humillante?