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Cada vez más personas se reunían alrededor del coche ardiente, de hecho, sería incorrecto llamarle coche a los retorcidos metales en llamas —ya que no quedaba nada tras la explosión. Los pedazos rotos del coche que explotaron después de que se difundiera la bomba ardían ferozmente y las personas que se detuvieron solo podían sacudir la cabeza, no había manera de que alguien pudiera salir con vida de este accidente. Las olas de fuego eran tan calientes y furiosas que las personas alrededor del coche retrocedieron varios pasos inmediatamente al ver lo que ocurría, incluso sabiendo que quien estaba siendo rodeado por estas llamas era el joven heredero de la familia Wang, nadie se atrevía a acercarse al feroz pozo de fuego.