"Con la evidencia en sus manos —dijo Ewan—, fui a buscar al dueño del bulldog. El dueño tampoco comprendía lo que había sucedido. El bulldog había mordido a alguien cuando era más joven, pero en ese momento, solo fue un mordisco pequeño.
En cuanto al hueso en el bolsillo de la Luna, Ewan cuestionó a la Luna al respecto —afirmó—, pero ella era demasiado joven para dar una respuesta adecuada. Entonces, fui a hablar con su maestro de jardín de infantes. Según el maestro, el menú el día del incidente incluía costillas de cerdo. En cuanto a por qué Luna tenía un hueso en el bolsillo, el maestro explicó que no era infrecuente que los niños guardaran objetos aleatorios para jugar con ellos más tarde. Todo era posible.