Michael no tenía idea de lo que Todd había hablado con Wendy cuando estaban solos.
La pregunta crecía más fuerte en su corazón.
Wendy escuchó pasos acercándose y preguntó:
—¿Está entrando Michael?
Luego, Wendy escuchó otro conjunto de pasos. Supo que todos habían vuelto a entrar en la habitación.
Michael respondió con un breve —mm. Luego bajó la barbilla y miró más de cerca a Leah.
Leah, al notar su mirada, levantó la cabeza y sonrió mientras miraba a Michael. Dulcemente llamó:
—Tío Michael...
—Buena niña, Leah —saludó Michael—. Miró a la obediente Leah, sintiendo aún más cariño por ella.
Pero también se volvió más sospechoso, mirándola. Era una niña adorable. ¿Por qué Todd, siendo su padre, no la llevaría con él?
Michael miró a Leah y volvió a mirar a Jake. Los dos niños parecían tener la misma edad.
Una idea repentina cruzó por su cabeza, aterrorizándolo.