—Dama Isabella, comprendo su punto de vista. Registraré un caso si es lo que desea. Pero debe saber que los trámites llevarán tiempo, así como la recopilación de pruebas y testigos —respondí, pasándole un vaso de agua—. Le informaré una vez que el proceso se haya completado.
Agradecida, asintió con la cabeza.
—Entiendo, su alteza. Puesto que me ha dado su palabra, ahora me siento asegurada —dijo ella, pero aún así continuó sentada allí.
¿Sería descortés simplemente sacarla? Últimamente me he vuelto más impaciente. Todo este proceso estaba tomando mucho más tiempo del que había esperado.
Es hora de encontrarse con el emperador y preguntar cuánta prueba se ha recolectado.
Miré a Ian, ya que él era la última esperanza. Mis labios se estaban endureciendo con todas las falsas sonrisas.