Tricia iba guiando a León por el pasillo de la propiedad de la tercera princesa.
—Estoy feliz de que el Señor Robert haya encontrado un caballero para servir a mi princesa —dijo Tricia mientras caminaba.
—Estoy feliz de servir a nuestra princesa Alicia —respondió León.
—Espero que los rumores no te afecten. La princesa Alicia es una joven de buen corazón. Aunque la reina y sus hermanastras no son buenas con ella, ella no muestra malas intenciones ni piensa mal de ellas. Simplemente acepta en silencio todo lo que le arrojan —dijo Tricia.
—¿Siempre molestan a la princesa Alicia? —preguntó León.
—Cuando les apetece, simplemente la buscan y la molestan. Me da pena por ella, pero no puedo hacer nada más que mirar. Yo solo soy una sirvienta insignificante —suspiró Tricia.
—¿Por qué no veo a otras sirvientas por aquí? —preguntó León.