—Pronto, Alicia comenzó a hablar menos, por lo que la conversación solo giraba en torno a Susan, Luciana y Paulina —a quien Luciana intentaba hacer que les contara más sobre sí misma y su ciudad natal, mientras Susan quería saber cómo había aprendido a pintar.
—Williams sonrió mientras escuchaba a Paulina, quien respondía a sus preguntas con timidez, ya que era halagador para ella encontrarse en medio de damas nobles interesadas en tener ese tipo de conversaciones con ella.
—Pero cualquiera que escuchara atentamente o que conociera bien a Paulina sabría que sus historias eran inventadas o en parte verdaderas, y Alicia no pudo evitar mirarla con tristeza.
—Ella solo había tenido una infancia normal por un tiempo antes de que casi la vendieran y luego comenzara a servir a Ámbar antes de ser enviada al exilio con ella, y ahora estaba aquí con Alicia, y acababa de lograr escapar de la muerte por poco.