Dentro del mundo finca de la primera pintura de Espejonevado había un palacio imponente absolutamente hermoso. Una figura se materializó lentamente sobre el trono real en el frente del salón. Era el emperador con túnica dorada.
—Has venido otra vez —dijo el emperador de túnica dorada mirando hacia abajo.
Ji Ning asintió desde su posición debajo del trono.
—Ten cuidado esta vez. Si te confías podrías terminar perdiendo.
—Esta es la primera vez que te escucho decir algo así —dijo el emperador mientras sus ojos del se iluminaron y comenzó a bajar las escaleras de su trono—. ¡Ven, ven! No me decepciones.