Para cuando Ji Ning volvió a sus sentidos ya estaba oscuro. Todavía estaba parado fuera del pequeño edificio. En cuanto al cercano Loco Ji, hacía tiempo que había vuelto a dormir y estaba roncando de lo más contento.
—Aunque mi alma es mucho más poderosa de lo que era cuando aprendí la Mano Estrellada, aun así me tomó muchas horas procesar toda esa información.
Una pequeña sonrisa estaba en la cara de Ning. Ese sentimiento de confianza completa era bastante maravilloso. Había memorizado completamente el método de entrenamiento del Arte Arcano Ochonueve.
—Realmente es la habilidad divina número uno en los Tres Reinos para aquellos que están por debajo del nivel de Dios Verdadero.
Ning sonrió mientras caminaba hacia el Palacio de los Tres Reinos.
—Hermano aprendiz menor, puedes colocar la copia completa del Arte Arcano Ochonueve en el Palacio de los Tres Reinos. Si quieres elegir otra cosa, puedes hacerlo.