—Dije que no pude controlarme cuando tuve sexo con ella por primera vez. E incluso...
—¿Intentas provocarme para que Yvette te tenga lástima? —Lance escupió con desdén.
—Señor Wolseley, basta con mirar su teléfono y lo sabrá —Charlie aún sonreía cálidamente.
—Lance abrió fríamente su teléfono. Había varias fotos de Yvette en su correo electrónico enviadas por una persona anónima.
Las partes íntimas de Yvette no estaban expuestas, pero su ropa estaba desordenada, lo que se veía seductor.
Lance conocía bien el cuerpo de Yvette, y parecía que acababa de tener sexo en las fotos.
Estaba furioso.
—¡El teléfono fue estrellado contra la ventana del coche!
—¡Quedó hecho pedazos!
—Lance salió del coche y golpeó la cara amable de Charlie con su puño.
La silla de ruedas de Charlie cayó hacia un lado y él cayó al suelo. Pero Lance aún no lo dejaba ir y lo golpeaba una y otra vez.
Los ojos de Lance estaban rojos y perdió la razón, gritando enojado: