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El Anciano Liao Chen trajo personalmente a Xiaoshun de vuelta a An Hun y le enseñó las cuerdas de la organización. No trató a Xiaoshun como un colega más, sino como un hijo adoptivo que podría heredar todas sus enseñanzas.
Así, este amargo calabacín era algo que el Anciano Liao Chen no podía tragarse de buena gana.
Tenía que encontrar a Xiaoshun y exponer la verdad detrás de su desaparición.
Si se entera de que fue hecho por otras personas con intenciones maliciosas, no los dejará escapar fácilmente.
Y si se atrevieron a eliminar a Xiaoshun...
—Je, pueden intentarlo, pero el precio será alto.
...
Dos días después, en el aeropuerto.
Ran Xueyi bajó de la camioneta para buscar a su hijo que fue llevado a Ciudad Paraíso por Guo Yun. Como había prometido, dejará que su hijo se quede a su lado.
—¡Mami~!
Tan pronto como Pequeño Zhanzhan la vio, corrió hacia Ran Xueyi con sus pequeños pies y casi tropieza con una plataforma elevada.