Al ver a Zheng De llorar de una forma tan lamentable, Ah Qi soltó un suspiro. Después de eso, él golpeo la parte de atrás de la cabeza de Zheng De con su sable para hacer que perdiera la conciencia.
—Primero, vayamos a la Secta del Granjero Inmortal —Ah Qi dijo.
Todo ese problema había comenzado porque él había sido guiado por Gongzi Hai a visitar la Secta del Granjero Inmortal. Y ahora que la Secta del Granjero Inmortal había sufrido pérdidas graves, él también era responsable. En ese momento, si él tuviera la habilidad, él definitivamente los ayudaría. Al menos, él tendría que intentar preservar la herencia de la Secta del Granjero Inmortal.
Después, el sable de Ah Qi se convirtió en una capa de luz. Ah Shiliu y Song Shuhang se subieron y volaron hacia la Secta del Granjero Inmortal, llevando a Zheng De con ellos.