Su repentina partida hizo que su esposa y sus padres lo cuestionaran, lo que le dio a Luo Feng un gran dolor de cabeza. Como no quería que su familia se preocupara por él, les dijo que iba a un lugar secreto para entrenar.
Al amanecer del segundo día, Luo Feng y su familia estaban desayunando. Después de terminar esa comida, Luo Feng tendría que abandonar la tierra, dejar la vía láctea y dirigirse hacia un planeta alejado de la vía láctea: la Estrella del Dragón.
—¡Hermano! —Luo Hua dijo caminando desde afuera— Escuché que te vas por un mes. Y ni siquiera me lo dijiste. Si no fuera por mamá y por papá, ni siquiera lo sabría.
—Iba a decírtelo antes de irme —dijo Luo Feng mientras tomaba su cereal.