Antes de que pudiera terminar sus palabras, Zheng Yan de repente se dio cuenta de lo que había dicho y, al levantar la cabeza, vio que Fan Yu estaba atónita.
Ella no lo dijo de esa manera, pero las palabras salieron de su boca así...
Debido a que su hermano siempre había inventado rumores, su reputación no era tan buena. Su apariencia tampoco era exactamente tan inocente. Por el contrario, su belleza era sobresaliente y seductora.
Fácilmente daría la apariencia de ser frívola.
A los que no la conocían les gustaba describirla como una flor de riqueza.
A Zheng Yan en realidad no le gustó esta descripción, razón por la cual, frente a extraños, rara vez hablaba con tanta libertad para evitar que otros hicieran vínculos que no eran necesarios.