La Matriarca Yu sentó a Xiao Liuliu en el sofá mientras decía esto. Posterior a eso, sostuvo la mano de Nian Xiaomu y la hizo sentarse a su lado.
Toda sonriente, ella le dijo: —Ven con la abuela y mira los regalos que te he traído.
—...
Cuando empujaron a Nian Xiaomu hacia el sofá, ella contó el número de cajas en la mesa de café. Había un total de cuatro cajas.
Dichas cajas estaban hechas con mucha delicadeza.
Pero ella no pudo adivinar el contenido de las mismas inmediatamente.
Sin embargo, la Matriarca Yu no era alguien que acostumbrara a mantener a la gente en suspenso. La señora sostuvo una caja y la abrió justo delante de Nian Xiaomu.
Un rayo de luz suave y brillante se proyectó desde el brazalete de jade sumamente permeable.
La tela de franela negra que estaba debajo del brazalete acentuaba aún más el resplandor del jade.
Nian Xiaomu sólo le echó un vistazo antes de entrecerrar los ojos levemente.