—Yo también. Ciertamente no esperaba que nos encontráramos tan pronto.
Justo cuando Nian Xiaomu estaba a punto de darle otro abrazo a Lombardi, una mano presionó su hombro.
Sin mover una pestaña, Yu Yuehan puso distancia entre ella y Lombardi.
Extendió su mano hacia Lombardi y le dijo: —¡Hola!
Lombardi podía entender el mandarín sencillo aunque era un italiano nativo.
Tomó la mano de Yu Yuehan al instante y la apretó con entusiasmo. Luego, siguió su ejemplo y lo saludó en mandarín: —¡Hola!
Después de pensar un poco más, agregó:—¡Lo siento!
Posterior a eso, volvió a hablar en italiano nuevamente. Además de proveer explicaciones serias sobre el incidente que había ocurrido, también expresó sus sinceras disculpas en nombre de todos los empleados de su estudio de trabajo.