Parecía que Yu Yuehan estaba a punto de ver a través de su alma con su mirada abrasadora.
Nian Xiaomu estaba tan nerviosa que dejó de respirar.
Por alguna razón desconocida, su corazón palpitaba a un ritmo demencial mientras observaba a Yu Yuehan avanzar hacia ella.
Era como si su corazón quisiera salir de su garganta en cualquier momento.
Caminó hacia ella y sólo se detuvo en seco cuando estuvo justo al frente.
Con una mirada profunda y conmovedora, la miró fijamente.
Esa mirada la inquietó. Ella abrió la boca y le preguntó instintivamente: —Joven Amo Han, ¿quiere tomar asiento?
Nian Xiaomu se movió hacia un costado apresuradamente mientras hablaba.
Los asientos del frente ya estaban completamente ocupados.
Sólo la última fila tenía asientos vacíos. Nian Xiaomu y Chen Zixin, quienes llegaron de último, eran los únicos que estaban sentados allí.