—¡Tío Mo!
Nunca había pasado por la mente de Tao Yunyun que éste asunto alarmaría a Mo Qian. En un estado de pánico, se levantó del suelo y se apresuró a ordenar su pelo despeinado y su vestido.
Cuando estaba a la mitad de la tarea, pensó en algo otra vez y de repente dejó de hacer lo que estaba haciendo.
Sus lágrimas de dolor comenzaron a rodar sin control.
—Tío Mo, he actuado de acuerdo con las instrucciones de mi padre y he venido aquí para asistir a la fiesta. Esto es para poder ampliar mis horizontes y ayudar a mi padre a gestionar mejor las colaboraciones con la Corporación Mo cuando trabaje en la empresa en el futuro. Pero, pero...
De repente, Tao Yunyun comenzó a tararear y a hablar a mitad de sus palabras.
Mientras miraba fijamente a Yu Yuehan, quien estaba de pie justo delante de ella, no se atrevió a mencionar el incidente en el que Nian Xiaomu la había golpeado hace un momento.