Fue doloroso en ese instante, pero el dolor disminuyó poco después.
La cara de Tang Yuansi se puso un poco pálida. Mientras él observaba a la durmiente Shangxin, la comisura de su boca formó un pequeño arco.
Él estaba tan feliz.
Estaba tan feliz que parecía tonto.
Nunca se había imaginado que tendría un niño, un niño que ella albergaría.
Estaba tan feliz que había olvidado que tenía una enfermedad cardíaca. Sólo quería seguir viéndola a ella y al bebé de ellos…
Todo lo que había ocurrido esta noche era como un sueño.
Tang Yuansi mantuvo la misma posición durante un largo rato.
Al cabo de un largo periodo de tiempo, él cambió su mirada y la desvió de la cara durmiente de Shangxin y la dirigió para observar su barriga plana.
Esta parecía verse muy plana y él no podía detectar que adentro estaba creciendo un bebé.