«Loca…»
Nian Xiaomu se había dado cuenta hace mucho tiempo que Xing Li no tenía un buen estado mental, pero nunca se le pasó por la mente que ella podría haberse vuelto loca.
Una mirada de sorpresa se mostró en su cara instantáneamente. Se sintió preocupada y miró a Yu Yuehan.
Por el contrario, Yu Yuehan parecía estar relajado, y parecía entender esto. Agarrándole su mano, él se volteó y se marcharon de la estación de policía.
Él le giró instrucciones al chófer para que arrancara en el momento que ingresaron al auto.
Dándose la vuelta para verle la cara a él, Nian Xiaomu le preguntó: —¿Para dónde vamos ahora?
—Para el hospital.
—¿El hospital? ¿Crees que Xing Li está abusando de las brechas en el sistema legal fingiendo demencia? —Nian Xiaomu estaba asombrada al pensar en esa posibilidad.