—¿Qué? ¿Señorita? —Nian Xiaomu le contestó sorprendida.
Muy velozmente, ella pensó que Xing Li podría estar refiriéndose a sus antecedentes familiares, por lo que sus ojos se iluminaron mientras continuaba diciendo: —Yo no era una huérfana. La gente que fue para allá y me llevó lejos de la mansión de la Familia Xing eran mis padres biológicos, ¿correcto?
En el momento en que Nian Xiaomu pensó que sus padres no la habían abandonado y que quizás ella todavía tenía a algunos miembros de su familia, su corazón comenzó a latir rápidamente mientras observaba a Xing Li con detenimiento.
Ella esperó la respuesta.
No obstante, Xing Li le lanzó una mirada diabólica al siguiente segundo.
A juzgar por esa sonrisa, ella parecía un espíritu vengador que había emergido del infierno.