Él se preparó para instruir a sus hombres para que atacaran.
—¡Sí, sí, sí! ¡Fan Yu se va de inmediato! —Nian Xiaomu habló antes que él.
Después, ella le dio un empujón a Fan Yu.
—¡Date prisa y vete, deja de perder el tiempo! Estaré realmente molesta si te quedas y mueres conmigo. Si logras salir con vida, al menos podrás decirle a Yu Yuehan quién me mató y también podría vengarse en mi nombre.
—Liuliu…
—¡Deja de hablar, date prisa y vete! —Nian Xiaomu lo instó.
No obstante, Fan Yu continuó de pie, completamente inmóvil en el suelo.
Si él no deseaba apartarse, Nian Xiaomu no iba a poder empujarlo debido al gran tamaño de su cuerpo.
Ninguno de los dos había llegado a una conclusión luego de debatir por un largo rato.
Era como si ellos estuvieran presentando una ópera en el escenario.
Cuando la mirada penetrante de Mo Qian parpadeó, él pareció haber detectado algo y la expresión de su rostro se puso severa.