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65.54% El Reino Caido / Chapter 97: Cap 97: El comienzo del ascenso

Kapitel 97: Cap 97: El comienzo del ascenso

"... ¿Y si me dejan entrenar en paz? ¿Qué tal eso?"(Santiago)

"Hay muchos asuntos que es mejor que trate usted mismo, además, debería al menos oír la situación en el mundo, sino cuando salga no sabría que sería correcto decir o hacer"(Elizabeth)

"Por más astuto e inteligente que sea el joven señor, sin información no hay forma de que pueda ver las mejores posibilidades"(Eric)

"Ya, ya, ya, solo díganme lo que quieren decirme"(Santiago)

"El joven príncipe Julio y todos los príncipes de Valle Dragón, además de los que fueron a ayudar desde la Federación y las Tribus Heladas fueron totalmente derrotados... De nuevo"(Elizabeth)

"...¿Totalmente derrotados?"(Santiago)

Si es el primer príncipe Julio y ese supuesto súper talento de primer príncipe de Valle Dragón estaba bien, pero... ¿No eran ya demasiados luchando contra esa cosa sin resultado alguno?

"Si, todos fueron erradicados, tengo información sobre la bestia y además, sobre la situación del segundo príncipe"(Elizabeth)

"Habla"(Santiago)

"Aham, la bestia al parecer es un poderoso y gigante dragón negro, con garras y alas doradas, con solo su aliento termino con la vida de todos menos ambos príncipes, luego estos de vuelta fueron derrotados en batalla"(Elizabeth)

¿A eso le llaman información importante? No había casi nada de lo que sacar de allí que fuese útil.

"Olvídate de esa bestia, ¿Y Samuel?"(Santiago)

"Fue totalmente apartado por el rey de Valle Dragón al darse cuenta de sus intenciones, destaco su ignorancia y arrogancia frente a muchos"(Eric)

"Básicamente arruino su actual reputación"(Elizabeth)

Partiendo el lápiz en su mano y con una mirada molesta, Santiago se calmo antes de hablar, Elizabeth espero tranquila esperando un movimiento político interesante pero en su lugar...

"Dile a ese necio, que este señor jamás le ayudara a menos que se arrodille frente al segundo príncipe pidiendo disculpas"(Santiago)

"...Mi señor... E-el jamás haría tal co- ¡Magnifico! Pensar que usaría tal... Ofrezco mis disculpas por subestimarle"(Eric)

Colocándose de rodillas, el –Artista Marcial- que se percato casi al instante de las intenciones de Santiago de jamás ayudarles, abrió sus ojos y miro con orgullo hacia Santiago.

"Hahahaha, si fuese yo usaría medios más pasivos, pero ser así de agresivo podría resultar siendo mucho más efectivo, aunque estoy seguro de que ese hombre se daría cuenta al instante de vuestra intención"(Elizabeth)

"¿Y que si se da cuenta? Ya es demasiado tarde"(Santiago)

"No sé si el señor ya lo pensó antes, pero, ¿No podría dar la opción de que incluso si se disculpase de alguna forma demandar el entrar a esas ruinas acompañado del joven príncipe Samuel y sus compañeros?"(Eric)

"No... De hecho no lo llegue a pensar, siendo ese rey tan adinerado y lleno de lujos podría dar algo como disculpas en vez de arrodillarse haciendo que el emperador y Samuel aceptasen la disculpa"(Santiago)

Con una –Sabia- y un –Artista Marcial- a su lado, tenía la libertad de dar una idea general para que estos dos le diesen una forma exacta y perfecta, tal y como la carta que se enviaría al palacio cuando el rey Aarón volviese al palacio del emperador.

"Seguir añadiendo mas solo les hará enfurecer y se verán unas intenciones demasiado descaradas del señor, por ello es mejor dejarlo como esta"(Elizabeth)

"Si ese es el caso, permítame enviar esta carta hacia el palacio con urgencia, es mejor que llegue cuanto antes, para que se mostrase una cólera genuina"(Eric)

"Te lo encargo"(Santiago)

Asintiendo y desapareciendo por su alta velocidad y reduciendo su presencia, Eric no dejo rastro alguno de haber estado en la habitación.

"¿Ese rey está ahora en el Reino?"(Santiago)

"No, aun no, al parecer hubo algunos temas importantes a tratar con las Tribus Heladas, en especial luego de la derrota en las ruinas"(Elizabeth)

"Hm, mejor, esos tipos dijiste que estaban medio obsesionados con las características de ellos, preferiría estar en el palacio del rey a la vez que ese Aarón, aunque claro... Separado"(Santiago)

"...Como mejor le parezca"(Elizabeth)

Incluso si decía que no quería y que no debía, ese señorito no cambiaría su decisión de ir y si iba a la vez que ese rey seguro que terminaría volviendo rápido por las molestias que le darían.

"¿Algo más que deba saber?"(Santiago)

"Al parecer, vuestro anterior grupo se separo en dos, George Rivon y su gente, Leonheart Bellian, Darius Magne, Ariel Wulf y por otro lado, Leónidas Bellian, junto con sus primos, además de Bruno Ward y Fernando Castillo"(Elizabeth)

Santiago cambio su mirada a una llena de duda, ¿Realmente ese montón de idiotas se habían peleado entre ellos?

"¿Qué sucedió entre ellos? ¿Por qué se separaron?"(Santiago)

"La Iglesia de lo Sagrado forzó su entrada al grupo, seguramente opiniones divididas y ordenes de los patriarcas, al final terminaron dividiéndose y entrenando separados unos de otros, aunque esto sucedió hace casi 1 mes"(Elizabeth)

"No le diste mucha importancia, pero bueno, considerando que no se pelearon entre ellos, me da igual, Leónidas y los otros quedaran muy por detrás si ese tiempo se extiende, asistir a la vez que el rey de Valle Dragón me haría poder unirlos como un equipo quitando a esos estorbos de la Iglesia de lo Sagrado"(Santiago)

Recostándose sobre su silla, Santiago extendió sus piernas y bostezo, nada era tan grave, bueno... Lo del segundo príncipe si lo era, y el actuar rápido hacia que tuviese mucha ventaja.

"Hay un... Ultimo asunto que atender... Comprendo que el señorito no se sienta conforme pero, seguir extendiéndolo... Es un poco irresponsable"(Elizabeth)

Sintiendo que debía decirlo, Elizabeth se esforzó en decirlo de la forma más respetuosa pero se detuvo a pensar con cuidado sus palabras cada tanto, pero Santiago se giro a verla con una expresión de sorpresa y duda.

"¿Eh? ¿De qué asunto hablas?"(Santiago)

"¿Se olvida del trato que hizo con el emperador?"(Elizabeth)

"Sí, claro que lo hago, pero él... ¿Acaso no es el emperador quien decide cuando debo hacerlo?"(Santiago)

"... ¿Eso es lo que usted pensaba?"(Elizabeth)

"Ehm, ¿Si? ¿Está mal?"(Santiago)

"Lamento decirlo, pero si, lo está, el emperador... La emperatriz y la joven princesa están bastante nerviosas al respecto"(Elizabeth)

Mirando a la cara de Elizabeth, Santiago que noto la extraña pausa la dejo estar y siguió preguntando al respecto, aunque un poco extrañado.

"¿Qué debería de hacer entonces?"(Santiago)

"...¿Proponerse?..."(Elizabeth)

¿No es un matrimonio político? ¿Por qué debería de ir a proponerle matrimonio de esa forma tan extraña?

"¿Te refieres a darle un anillo y esas cosas?"(Santiago)

"...¿Acaso no sabe nada sobre el matrimonio señorito?"(Elizabeth)

"¿Por qué lo haría?"(Santiago)

Elizabeth con un poco de burla sonrió y explico con calma y detalles, ya que Santiago debía de casarse, debía de hacerlo de la forma tradicional y con todas las formalidades.

"Para comenzar... El novio y la novia deben de conseguir la aceptación de los patriarcas de las familias opuestas, en este caso, claro, usted está actuando como noble del Imperio por lo que tanto los De Luxe y Atlante no pueden inmiscuirse"(Elizabeth)

"Supongo que eso es algo que ya tengo, ¿No?"(Santiago)

"Correcto, dado que fue el emperador quien lo demando dentro de vuestro tratado, es normal que ya hubiese dado su aceptación, lo segundo entonces... Es la proposición, usted debe de ir y en un sitio público, otorgar algún objeto valioso como unión entre ambos"(Elizabeth)

"¿Objeto valioso?"(Santiago)

¡Tú, espera! ¿Ósea que tengo que darle algo? ¡Tú, tú, tú! ¡Yo no quiero darle nada de lo que tengo!

"Claro, cuanto más valioso sea ese objeto, mejor y más sencilla le hará la vida al emperador, por lo que es una buena oportunidad para ganar favor"(Elizabeth)

"¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso el objeto terminara en sus manos?"(Santiago)

"¡Ah! No, no, el objeto será de la princesa y representara el matrimonio, se le llama el dote de la esposa"(Elizabeth)

¿Por qué por alguna razón creo que la cague en algo? Es una sensación tan fuerte y profunda que hasta ya sé que la cague, pero no sé cómo o porque.

"Aja... ¿Y entonces que tiene que ver eso con el emperador?"(Santiago)

"¿Qué tan preciada cree que es una joven princesa?... Ya que no respondes lo diré, demasiado, muchos de los jóvenes y no tan jóvenes de grandes familias se están peleando por ella todos los días, ¿crees que puedes venir y solo llevártela? No, mejor planteado, ¿Crees que el emperador solo puede dártela sin que las grandes familias hagan un escándalo?"(Elizabeth)

"¿En serio?...Va, ya entiendo, básicamente, cuanto mejor sea el dote entonces, claro que la princesa me preferiría, no solo por mi posición política y económica, sino por lo que estoy dispuesto a darle a ella, ¿Algo así?"(Santiago)

"¡Exacto! ¡Lo entendió a la perfección!"(Elizabeth)

Mientras Elizabeth prosiguió a explicar la tercera parte, una sirvienta llego y trajo consigo café, sirviéndolo y luego parándose en una esquina, Santiago la miro extrañado pero paso a ignorarla cuando noto que Elizabeth no le estaba prestando atención, aunque ella, claro, también noto la razón.

"Señorito, la terce... ¡Aham! La tercera parte, es la exposición pública, el matrimonio se hará publico y se dará al menos un mes para que la noticia se esparza por todas las naciones, durante ese tiempo, ambos estarán bajo muchas miradas por lo que es importante actuar cercanos y unidos..."(Elizabeth)

"Aja, si, ¿Y luego?"(Santiago)

Santiago que seguía a su ritmo tranquilo, ni se molesto en actuar frente a la sirvienta, que era más que obvio que estaba escuchándoles y luego iría a informar, pero, si la sabia no expulsaba a la mujer, era por una buena razón.

"La cuarta parte es la fiesta y celebración esa es sin duda la-"(Elizabeth)

"¿Eso me lo puedo saltar? Es que no me gustan las fiestas"(Santiago)

"La...mejor...parte... ....No, no mi señor, no puede hacerlo, es casi la más importante, en esta fiesta se otorgan los dotes de padre a esposo, allí de vuelta, usted dará un gran regalo y recibirá uno a cambio, además... Que las familias invitadas darán presentes hacia los novios"(Elizabeth)

"¿Y si no me importan los regalos? Digo, ¿Qué tan útiles son en verdad?"(Santiago)

"... ¡No es NO! Mi señor, esta es la parte más crucial de todas"(Elizabeth)

"Haaaa que puta mierda, supongo que solo voy a poner mala cara para que nadie se me acerque, lo mejor sería desaparecer poco a poco e irme antes"(Santiago)

".................."(Elizabeth)

¿Existía alguien así de descarado? ¿Escapar de su propia boda? ¿Era broma? ¡Era broma! ¡Obvio que era broma! ¡El joven señor jamás haría algo como eso!... ¿verdad?

"Es una pequeña advertencia, pero... Si hiciese eso, estoy segura de que el emperador le cortaría los dos brazos, así que, no le recomiendo tal acto"(Elizabeth)

Erizándose, Santiago que escucho la voz enojada de la –Sabia- solo asintió, realmente no se escaparía, solo estaba exagerando para que quien sea que recibiese el informe se enojase y se diese cuenta del nivel de asco suyo por las fiestas.

"Y por último, es sin duda lo que marca un verdadero matrimonio..."(Elizabeth)

Mientras escuchaba Santiago tomo café con tranquilidad y conformidad por saber que la persona que le estaba "espiando" se pondría a echar fuego por la boca.

"Embarazar a la esposa"(Elizabeth)

"PFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF ¡¡¡¡Y UNA MIERDA!!!!"(Santiago)

Escupiendo todo el café y dejando caer la taza, el grito de Santiago salió desde su corazón y ni siquiera se controlo, incluso Elizabeth se sobresalto, ni hablar de la sirvienta que casi muere de un infarto.

"¡¿De- De que está hablando señorito?! ¡Hay algo malo! ¿El café no es de su gusto?"(Elizabeth)

Totalmente confundida, a Elizabeth jamás se le cruzo por la mente que lo que había mencionado era la raíz de todo.

"No, no, no y ¡No! No voy a tener un puto niño, son insoportables, los odio, ni aunque me corten brazos y piernas jamás voy a aceptar"(Santiago)

Habiendo saltado mientras gritaba, Santiago ahora se alejo de Elizabeth la cual tenía un rostro en blanco.

¿No era esto lo único bueno que podía tener de este matrimonio? ¿En serio se estaba rehusando?

"Mi- mi señor, por favor, no es tan grav-"(Elizabeth)

"¡Lo es! ¡No quiero! No lo acepto, ¡No lo voy a hacer!"(Santiago)

Alejándose de Elizabeth cada que ella daba un paso adelante, Santiago estaba ya con la idea de huir del Imperio durante la noche.

La sirvienta que antes estaba actuando como una estatua ahora estaba siguiendo la situación con la cabeza y estaba hasta curiosa.

"¡¿Por qué?! ¡Alguien tan importante como usted debe dejar herederos , ¿Y si fallece de forma trágica? ¿Qué haría la Iglesia más que lamentarse solo teniendo recuerdos de usted? ¡Debe dejar un linaje! ¡Y cuanto antes mejor!"(Elizabeth)

"¡¡Que te den, no voy a ser padre con solo 20 años!!"(Santiago)

Santiago no dudo en salir corriendo de la sala rompiendo la puerta y Elizabeth le siguió usando magia, mientras tanto la sirvienta los vio salir corriendo como dos idiotas, levanto los pedazos de la taza y la puerta, luego limpio el suelo del café, además del escritorio, salió caminando tranquila y fue hacia donde había otro gran numero de sirvientas.

Informo sobre lo de la puerta y estas asintieron, luego pidió papel y tinta, escribió una carta y la envió con toda la calma del mundo hacia el palacio imperial, luego volvió a sus tareas como si fuese una sirvienta cualquiera.

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"¿Dónde estoy?..."(Hideo)

Parado en medio de la oscuridad, Hideo sentía cierta familiaridad con el sitio, delante de él, había cientos, miles...No, millones de luces en forma de círculos que salían desde el suelo, el sitio estaba completamente vacío y se sentía desolado.

Al parpadear, todo ese sitio desapareció y lo primero que sintió fue dolor, todo su cuerpo le dolía y cuando bajo su mirada pudo ver su torso entero, sus heridas quemadas eran visibles y horribles, no había habido ningún tratamiento.

Mirando hacia todas partes dentro de la tienda de campaña, encontró a Hono sentada en una esquina tapada por completo en pieles y solo con su cabeza a la vista, parecía una oruga pero si no fuese porque tenía ojeras y estaba demacrada, Hideo ya estaría gritándole.

"Aghh..."(Hideo)

Girando sobre sí mismo y levantándose, Hideo se movía como podía para poder salir, debía tratar sus heridas o podrían empeorar.

"Si no recuerdo mal... estaba por aquí"(Hideo)

Saliendo y caminando sin ropa más que su pantalón de pieles, Hideo encontró la tienda llena de hierbas y tomo las mezclas ya hechas que había allí, pasarse la pomada helada sobre las quemaduras le hizo sentir entre una sensación de satisfacción y dolor agudo.

Cuando termino, agarró un saco de hojas negras, tomo una del saco y la mastico, arrastro las restantes y cuando entro a la tienda vio a Hono despierta sin decir nada y mirándole.

"Fui a buscar algo de medicina, ¿Estás bien?"(Hideo)

"...Tengo hambre"(Hono)

..........................................................................................

Con la mente en blanco, Hideo que estaba agonizando de dolor se quedo callado durante unos segundos, pero cuando Hono lo menciono, luego de ese silencio asintió tocándose el estomago, no es como si él no tuviese hambre, pero el dolor opacaba la sensación de ardor de su estomago pidiendo comida.

"¿Vamos a cazar algo?"(Hideo)

"Snif...Snif... Sii"(Hono)

Medio llorando Hono se levanto y camino hacia Hideo, o se estaba muriendo del hambre o de verdad estaba preocupada por el, ¿Cuál de las 2 seria? Hideo solo se negó con la cabeza a sus pensamientos y arrastrando su pie derecho, se sentó en una silla.

"¿Me alcanzas las vendas?"(Hideo)

"Si"(Hono)

Tapando las heridas para evitar que la pomada quedase en las pieles, Hideo se vistió de forma más correcta y cuando vio su mano de vuelta solo arrugo las cejas, los 2 dedos más pequeños estaban arrancados y el resto de su mano estaba llena de cicatrices que apenas le dejaban moverla.

Para cazar solo necesito una mano y 2 dedos de la otra para sostener la flecha, aun puedo... Aun puedo seguir.

Al salir, Hideo noto que por los bosques estaba lleno de huellas humanas, pero no de personas de las Tribus, sino que eran caminantes por cómo se notaba el que arrastraban los pies y las marcas de los arboles arañados como pequeñas garras o en este caso uñas.

"Esperemos que al menos haya conejos"(Hideo)

Luego de casi 5 horas caminando por la nieve, Hono tenía en sus manos 5 conejos, eso ya era más que suficiente por al menos un día y la mitad del otro, al volver entraron a la tienda y los despellejaron para asarlos luego en el fuego.

"Cof, cof, cof... Aghh Cof"(Hideo)

Tosiendo, Hideo escupió sangre y luego siguió tosiendo, el gritar sin cuidar su garganta fue estúpido, pero en ese momento estaba totalmente fuera de sí, mirando el fuego, sentía que sus ojos estaban pesados y cerraba sus parpados cada tanto.

Sin poder comer mucho, Hideo se durmió rápido mientras Hono comía como si hubiese estado una semana sin hacerlo, aguantando los días como podían, los 2 estuvieron semanas comiendo y durmiendo con tal de recuperar fuerzas.

Y entonces, cuando Hideo ya se sentía lo suficientemente sano, se preparo para partir, equipando en su mochila cientos de cosas, como siempre, y además, recogió el arco y flechas que aun quedaban.

"¿A dónde vamos?"(Hono)

"Hacia el Este, allí deberíamos encontrarnos bestias de rango E+ como hormigas en hormigueros, esas cosas son como las ratas del territorio salvaje, seguro que al invadir muchas de ellas se quedaron rezagadas del ejercito"(Hideo)

"¿Qué vamos a hacer?"(Hono)

"Matarlas, así como matamos a ese Oso Nevado..."(Hideo)

3 frascos de sangre, 3 pergaminos, 3 bestias, el momento decisivo, ¿Podre encontrar una bestia que valga la pena entre toda la basura? ¿O solo tendré que conformarme con 3 escudos de carne?

Al salir del pueblo, Hideo que cargaba con lo que parecía una mudanza entera no tenia dificultad alguna, mientras que Hono le seguía a su derecha, cerca de él y con bastante miedo.

Viendo la nieve, Hideo noto que las huellas de los caminantes eran incluso mas y mas hondas que antes, inquieto y nervioso, apuro la marcha y cada tanto se subió en los arboles para observar los alrededores.

Al llegar al rio que separaba Im de Aku, Hideo observo sobre el árbol más alto que vio todas las madrigueras y bestias de los alrededores, había tantas que incluso no se podían contar, atacar sería estúpido, debía de tomar a las bestias solitarias por sorpresa y el mejor momento para eso era cuando estas patrullaban sus territorios.

Aunque claro que también estaban las bestias que no patrullaban en lo más mínimo y solo se sentaban en sus madrigueras de forma arrogante, pero ignorando a estas, Hideo se dedico a sentarse allí arriba y buscar por las mejores bestias para ser contratadas.

"Demasiado fuerte... Muy débil... ¿Herida? No... Flaco... Gordo... ¿No hay buenas bestias por ningún lado o qué?"(Hideo)

¿Agote toda la suerte de mi vida al conseguir a Komaji y Koji? ¿Cómo era posible que todas fuesen bestias de tercera?

Suspirando, Hideo solo bajo luego de estar casi medio día mirando todas las bestias y cuando lo hizo, Hono estaba durmiendo en una rama, ya casi se hacia la noche, por lo que Hideo hizo lo mismo que ella.

Y al siguiente día, fueron por todas partes de árbol en árbol, mirando todas las bestias posibles, hasta que luego de 1 semana, encontraron una... Lobo Tempano Helado, era enorme, casi de 3 metros de alto y 4 de largo, con un pelaje blanco perfecto y un cuerpo increíble lleno de musculatura y vigor.

Rodeado de lobos mierdoso de su misma raza, este destacaba en tamaño y poder, a pesar de todos ser iguales, este era rango E+ mientras que los otros eran a lo mucho E- subiendo hacia el rango E.

Siendo el centro de la madriguera, para poder llegar a él debían pasar por encima de todos esos otros lobos, y aunque eran mierdosos, Hideo no era estúpido, ¿No eran esos lobos casi de su mismo rango? No debía subestimarles, ahora que no tenía ninguna bestia contratada con él, esas bestias salvajes podrían despedazarlo en minutos.

Además, no es como si sus heridas estuviesen en perfecto estado, aun dolían y su mano derecha era difícil de usar, no podía sostener su espada de forma correcta, incluso si ahora estuvo practicando el usar su mano izquierda, seguía siendo difícil adaptarse.

"...Mi hermosa y futura pacifica vida, totalmente arruinada... Arrastrándome entre la mierda, para volver a ser quien era... Todo por culpa de un imbécil arrogante que se negaba a aceptar que era inferior"(Hideo)

Mientras miraba la madriguera, Hideo sabía que podría terminar como con la lucha contra los caminantes de hace 2 meses, y a pesar de que lo sabía, debía hacerlo, si quería una vida... Si quería paz, debía abrirse paso para conseguirla.

Hono que estaba en otra rama solo podía escuchar como Hideo se susurraba a sí mismo, y entonces recobro confianza y ánimo para preguntarle.

"¿So-sooon útiles?"(Hono)

Pero su voz se extendió por los nervios y al instante de terminar la frase se escondió debajo del manto de hojas roja de vergüenza.

"Ah...Si, lo son, no, digo, la del centro lo es, el resto son basura"(Hideo)

Sacando la cabeza para ver a la bestia del centro, Hono noto al instante a cual se refería, el lobo gigante era sin duda mucho más impresionante que todos los otros que le rodeaban.

"¿Y qué vamos a hacer?"(Hono)

Aun tapada por la manta, Hono pregunto mientras veía al lobo, Hideo la vio a ella y luego comenzó a mirar los alrededores.

"Aun no lo sé, tengo que pensar una forma de matar a los que le rodean para llegar a él..."(Hideo)

Asintiendo Hono miro preocupada la expresión sombría de Hideo y se quedo callada.

Hideo sin quedarse quieto, tomo y comenzó armar un campamento sobre la rama del árbol gigante y se centro en pensar cómo solucionar el problema sin quedar herido como la última vez.


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