Al principio, cuando el hombre encapuchado llegó a la reunión y solo vio que una persona aparecía, se sintió un poco descorazonado. Cada vez que tenían estas reuniones, parecía ser el resultado de malas noticias, una tras otra, en vez de buenas noticias.
Sin embargo, hoy parecía un punto de inflexión, y la sonrisa en su rostro no podía dejar de formarse en su boca. Antes de dejar el edificio torcido en el que estaban, el hombre se volvió hacia la mujer.
—Parece que el Espíritu Oscuro nos ha dado dos tareas. En mi posición, sería más fácil para mí investigar al Gran Magus e intentar averiguar si hay algún movimiento extraño reportado —declaró el hombre—. ¿Te parece bien? ¿Estarás bien intentando averiguar la información sobre los antiguos magos?
La mujer lo pensó por un rato.
—Eso debería estar bien. —Era mejor que bien; si algo, era ideal para ella.