"Con la ausencia del hombre a quien debía servir, Oriana usó su tiempo para retomar la lectura del libro de brujería. Prestó especial atención a los hechizos espaciales, incluso revisando una vez más el capítulo sobre formaciones de runas antiguas.
Cuando se detuvo para estirar su cuerpo, se dio cuenta de que había cubierto más de tres cuartas partes del libro. Su velocidad de estudio se había duplicado. La mayor sorpresa fue que podía recordar con claridad lo que leía, comprendiendo lo que estaba en el libro con solo una mirada.
Era como si su mente estuviera absorbiento todo ese conocimiento por sí sola.
Oriana estaba emocionada.
«Mi memoria es buena, pero no tan buena. ¿Es porque este libro está destinado a brujas y yo soy una bruja, por eso puedo entenderlo tan rápido?».
Una sonrisa vigorizada apareció en su cara.