—Su Majestad —Edgar de repente golpeó en la puerta de la cabina y entró cuando Marte le pidió que lo hiciera. Su cara lucía emocionada y llena de vigor, haciendo que el rey se preguntara qué había ocurrido para que Edgar estuviera de tan buen humor.
—Edgaaa… —chirrió para llamar a Edgar y le saludó con la mano.
—Harlow, no debes llamar a las personas mayores que tú por su primer nombre. Es 'Tío Edgar' para ti, no 'Edgar'. Tu madre me regañaría si te oyera llamar a Edgar por su nombre —Marte rápidamente le cubrió la boca y la regañó suavemente.
—Los bebés copian a los adultos. Deberías llamarme Tío Edgar, así ella te copia a ti —Edgar se rió y sacudió la cabeza.
—No quiero llamarte tío. Eso no va a pasar —Marte suspiró.
Edgar se rió a carcajadas. —Jajaja... Bueno, lo intenté.
—¿Qué pasó? Pareces muy feliz —preguntó Marte a Edgar. Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta para acercarse a su amigo.
—Oh, deberías salir y ver esto. ¡Es increíble! —exclamó Edgar emocionado.