Cuando Maxim y Emmelyn llegaron al comedor, se asombraron al ver a las personas que los estaban esperando. Habían conocido a Myrcella Leoralei, quien se suponía estaba en sus setentas, pero aún lucía como una mujer en sus treintas.
Y puesto que ella había dicho en la cena que conocerían al Rey Alejandro, Maxim y Emmelyn solo podían suponer que el hombre que estaba con ella era el propio rey.
Era difícil imaginar que este hombre fuera el padre de Elise porque se veía mucho más joven de lo que pensaron. Alejandro Leoralei parecía tener solo treinta y pocos años, al igual que su madre.
Maxim se reprendió a sí mismo por sorprenderse. Si Alejandro Leoralei era tan poderoso como su madre, entonces no debería ser sorprendente que él también pudiera desafiar el envejecimiento como Myrcella.
El Rey Alejandro lucía joven, guapo y carismático. Su cabello era castaño claro, le caía hasta su ancha espalda.