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—Bienvenido, Su Majestad... Nos sentimos muy honrados de tenerlo aquí —Lord Hirsch sonrió ampliamente cuando recibió a Maxim y Renwyck en el salón comedor—. Ehm... ayer fue su cumpleaños. Así que, queremos celebrarlo con usted hoy. Espero que disfrute de la comida que servimos .
Detrás de él, estaban toda su familia, su esposa y cuatro hijos, y oficiales importantes del gobierno esperando la llegada de Maxim. Todos sus rostros estaban llenos de asombro y felicidad.
Todavía no podían creer lo que veían. El rey... ¡realmente vino a su humilde ciudad!
Al entrar Maxim al salón, todas las mujeres hicieron una reverencia y los hombres se inclinaron respetuosamente. Después de que él los saludó, todos alzaron la vista hacia él y escucharon cada una de sus palabras.
—Gracias —finalmente sonrió Maxim. Estaba gratamente sorprendido de que pudiera celebrar su cumpleaños lejos de casa. Cuando Renwyck lo mencionó anoche, realmente no lo pensó.