Isabella miraba la gran pantalla frente a ella con una amplia sonrisa.
Actualmente se encontraba en una sala de control muy grande, una que se parecía a la sala de control de primer año que normalmente visitaba para observar a Atticus. Pero esta era a una escala mayor.
Estaba en la sala de control principal y central de la academia, donde se podía monitorear cada cosa y lugar de la academia.
Además de Isabella, los operadores estaban sentados frente a diferentes pantallas, realizando sus trabajos.
Harrison estaba justo al lado de Isabella, también observando las pantallas y notando su sonrisa.
En la pantalla se veían las figuras de Atticus y Magnus corriendo a través de una brecha que acababa de formarse en el domo azul. Un evento así—abrir incluso la más pequeña brecha en el domo—tenía que ser monitoreado intensamente.
—Finalmente —murmuró Isabella bajo su aliento, su felicidad evidente en sus rasgos.
Harrison se giró para mirar a su hija. —¿Estás feliz? —preguntó.