App herunterladen
23.04% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 59: Últimos días de libertad

Kapitel 59: Últimos días de libertad

Mientras me follo a Bronceada, Rui ve a un grupo pasar delante de las cuevas. Hubiera ido a ver, pero estaba ocupado. De pie. Follándola por detrás. Sus rodillas ligeramente dobladas. Su cuerpo inclinado hacia abajo. Sus brazos hacia atrás. La cojo de las muñecas. Penetrándola. Dominándola. Cada vez que empujo, estiro de sus muñecas. Sus firmes nalgas vibran con el impacto. Sus piernas tiemblan. No sé si podrán sostenerla mucho tiempo.

Me corro en ella. Cae al suelo. Jadeando. La devuelvo. Me acerco a Rui. Están ya lejos. Sus siluetas apenas se ven. Rui está agachada. De rodillas. Asomándose solo ligeramente. Desnuda.

–No te mueves ni hagas ruido– me acerco por detrás.

La llevo hasta el orgasmo con mis dedos. Sin que pueda gritar. Luego la penetro. Por detrás. De rodillas. Ella se muerde un dedo. Su respiración acelerada. Pero sin hacer ruido. Obediente. Resulta excitante entrar y salir de ella en esa situación. Por lo mojada que está, no solo yo lo estoy.

—————

Las bestias mágicas en esta zona son de menor nivel. Quizás se debe a que está más cerca del campamento. A que las han cazado mucho. O eligieron el lugar del campamento por eso. Pero eso no significa que el peligro sea menor, sino todo lo contrario. Hay demasiados estudiantes circulando por la zona.

Todos los grupos actúan con precaución. Hay varios escondidos. Preparados para emboscar a los recién llegados. A los que vienen cargados del fruto de semanas de trabajo. Si se rinden, les cogen parte de lo que han conseguido. Supongo que para darles la oportunidad. Para no forzar el enfrentamiento. Aunque puedan ganarlo, saldrían heridos. Quizás tendrían bajas. Entonces, quizás, no podrían continuar extorsionando.

La mayoría, aunque furiosos, aceptan. Es mejor perder parte que perderlo todo. Incluso sus vidas. Pero ahora hay dos grupo peleando. Como sea, no es asunto nuestro. Lo que necesitamos es pasar sin que nos vean. No podemos arriesgarnos a llamar la atención.

Estoy con las chicas en lo alto de una colina. Desde allí, podemos ver la zona. Aunque no los distingamos demasiado bien por la distancia, podemos ver puntos que se mueven. Otros que salen de sus escondites. Algunos que se mezclan, peleándose.

Han pasado tres días desde que dejamos las cuevas. Cada vez aparecen más grupos. A medida que se acerca el plazo de volver. De hecho, nos hemos encontrado con un par antes de llegar.

Al ver que solo éramos dos, el primero quiso acercarse. No creo que tuvieran buenas intenciones. Salí corriendo tras enviar a Yu de vuelta. No hace falta que corramos dos. Y así podía informar. Que estuvieran preparadas. Supongo que podríamos habernos enfrentado a ellos. Eran más débiles que nosotros. Pero no hubiéramos ganado mucho. Y corríamos el riesgo de atraer más atención. Los perdí con cierta facilidad. Había varios solo en la siete. Habrían tenido que separarse para intentar seguirme.

El segundo grupo era mucho más peligroso. Al menos tres en nueve. Puede que más. Por suerte, simplemente me ignoraron. No sé si no eran de los que robaban a otros. O simplemente no creían que valiera la pena. Siguieron su camino. Nosotros nos alejamos. No hay peligro de que me reconozcan. Iba con el rostro tapado.

Estamos cerca del campamento. A menos de un día de distancia. Quedan tres para llegar. Así que decidimos quedarnos aquí, alejados del valle. Solo por ahí se puede volver. O dar un gran rodeo. No solo no tenemos tiempo, sino que la situación no debe de ser muy diferente al otro lado. Observaremos mientras descansamos. Mientras disfrutamos de los últimos días de libertad.

–Uno de los grupos asaltantes está en problemas– afirma Liang.

Tiene la mejor vista de todos. Quizás tiene que ver con su afinidad con el arco. Agarra el extremo de una larga cuerda. Al final de ella, está Rayitas. Jugando alrededor. Si se escapa, estaría en peligro.

–¿Ese tiene el pelo verde? Quizás era el grupo que nos encontramos. Era bastante fuerte– afirma Shi.

–Hay una estudiante con el pelo azul oscuro. Y uno con un raro naranja– informa Liang.

–Pues sí, deben de ser ellos. Creo que los que han intentado emboscarlos han ido más allá de sus posibilidades– digo yo.

Aunque no puedo verlos. Estoy acostado. Mi cabeza sobre las piernas de Song. No puedo quitar los ojos de sus enormes pechos. Y ella lo sabe. Ya me ha llamado pervertido tres veces.

Simplemente estar allí, acostado y charlando. Ojalá pudiera detener el tiempo. Terror está con Rayitas. Inexplicablemente, han acabado llevándose bien. Incluso duermen juntas. Mejor. Así no tenemos que preocuparnos de que se la coma.

Las gemelas están con Wan. Asegurándose de que no se aleje mucho. Pierde la noción de todo cuando está buscando plantas. Lang está preparando algo de comer con Shi. Si tienen que cocer, van a la Residencia. Mejor que no haya humo. Es un buena zona para esconderse. Descubriremos a cualquiera que se acerque. Y las bestias de la zona son comparables a la etapa cuatro, como mucho.

Lo más sorprendente es que Rayitas ha cazado un ave cuyo poder sería el de la etapa dos. Es solo un cachorro, pero le ganó en fuerza. Es cierto que un ave es más débil que un animal terrestre. Y que la cogió por sorpresa en tierra. Pero tenemos la sensación de que se está haciendo fuerte muy rápido. Liang dice que es más fuerte que ella. Compiten estirando de una cuerda. Y no es un perro. Necesitamos aprender más sobre bestias mágicas.

Algunos grupos han tenido suerte de pasar después de que los asaltantes fueran expulsados. O quizás los han matado. Pero los mismos u otros han aparecido al cabo de un rato.

—————

Ahora tengo a las gemelas sobre la cama. Yi acostada sobre las piernas de su hermana. Mientras la penetro. Mientras abrimos sus meridianos. Lo estaban deseando. Odian quedarse atrás.

–Házmelo fuerte– me pide, una vez hemos terminado.

–Pervertida– se burla Yu.

–Ya veremos quien es pervertida luego– protesta Yi.

–Ahora es ahora y luego es luego. Y ahora eres pervertida– ríe Yu.

–Maldita… ¡¡Aaaaahhh!! ¡¡Kong!! ¡No empieces sin avisar! ¡¡¡Aaaaaaaahhh!!! ¡¡HHhhaaahh!!

–¿Quieres que pare?

–¡¡Aaaaah!! ¡¡Nooo!! ¡¡¡HHaaaAAHH!!!

–Pervertida– sigue burlándose Yu.

Realmente es excitante. Follarla mientras otra igual nos mira. Las dos desnudas. Con sus preciosos pechos redondeados. Sus profundos ojos verdes. Su pelo rubio. Yi en una cola. Yu en dos. Las otras las han peinado hoy así. Entre risas. Wan incluida. Para que sea más fácil distinguirlas. Se han dejado hacer. Al menos por hoy.

La última vez, se intercambiaron los peinados para reírse de ellas. Aunque solo consiguieron engañarlas unos segundos. No son exactamente iguales. Aparte de las pecas en sus pechos, Yu tiene una cerca de su ojo derecho. Yi bajo su nariz. Además de que hay sutiles diferencias en la forma de moverse.

Yu me besa mientras me follo a su hermana. Con lascivia. Cojo su pecho y el de su hermana a la vez. El tacto es parecido. Y la forma. Igual de esponjosos.

–¿Ya te has corrido?– dice Yu, separándose un momento de mis labios.

–¡Ah! ¡¡Aaah!! ¡¡Aahh!! ¡Kong es malo! ¡Aah!

–¿Malo? ¡Ahora verás!

La cojo de su cintura y empiezo a embestir con fuerza. Profundamente. Hasta dentro. Su espada se arquea. Sus pechos tiemblan. Yu ríe mientras su hermana gime. Le acaricia el pelo con suavidad. Le besa la frente cuando se corre por última vez.

–Pervertida– le susurra.

–Ah. Aaah. Aaah. Tu turno… Ah.

Se intercambian posiciones cuando Yi se recupera.

–Oh, ¿ya está mojada?– observo.

–No tenía que decirlo…– se queja Yu.

–Pervertida– ríe Yi.

Yu le saca la lengua. Yo entro en ella. Abrimos sus meridianos. Luego me mira suplicante. No quiere decirlo. Le sonrío. La beso. Luego empiezo a embestir. Con fuerza. Mientras ella gime. Y me regala una sonrisa.

–Consientes demasiado a esta pervertida– se queja Yi.

Su hermana le vuelve a sacar la lengua, entre gemido y gemido.

–Con que esas tenemos– amenaza Yi.

Agarra los pechos a su hermana. Pellizca sus pezones.

–¡Ah! No seas mala ¡Aaah!– protesta Yu.

Pero poco puede hacer para evitarlo. Solo pensar en su venganza. Ahora mismo está demasiado ocupada. Siendo invadida por el placer. Me encanta follármelas juntas. Son adorables. Y eróticas. Y apretadas. Y se quieren mucho. Y yo a ellas.

Cuando acabamos, Yi se queda acariciando la cabeza de su hermana. Solo cuando se ha recuperado vuelve a burlarse de ella. Están siendo muy ruidosas. Así que las cojo por sorpresa. Consigo empujarlas contra la cama. Bocabajo. Las penetro a las dos. A cada una con una mano.

–¡Ah! ¡No! ¡Kong! ¡Nos portaremos bien!– promete Yi.

–¡Ha sido culpa de Yi!– acusa Yu a su hermana.

–Habéis sido malas. Merecéis un castigo– me niego.

Lo cierto es que podrían escaparse si quisieran. Y no tienen porque mover sus culos tanto.

–¡Aaaah! ¡Aaah! ¡Me chivaré a Song! ¡Aah!– amenaza una.

–¡Yo a Shi! ¡¡¡HAaaaaah!!! ¡¡Aaaah!!– amenaza la otra.

–Ah, ya veo. Así que os vais a chivar.

Añado más qi y acelero. Están al borde del orgasmo. Las mantengo así un rato.

–¡¡¡Aaaahh!!! ¡No, no diré nada! ¡Más! ¡Aaaaah! ¡No me dejes así! ¡¡Aaah!!– se rinde Yi.

–¡¡¡HhhaaaahhH!!! ¡Por favor Kong! ¡Seré buena!– se rinde también Yu.

––¡¡AAAAAAAAaaaaaaaaahhhHHH!! ¡¡¡HHHHHHHAAAAAAaaaaAAAAHHH!!!–- se corren las dos.

Las dejo un rato allí. Acariciando su culo. Su espalda. Con suavidad. De repente, se giran y se tiran sobre mí.

–Habrá consecuencias– amenaza Yi, después de besarme.

–Espera con ansias nuestra venganza– ríe Yu, tras meterme la lengua hasta la garganta.

Nos reímos los tres. Aunque sé que lo de la venganza es en serio. Lo que no sé es si será solas o con ayuda. Lo estaré esperando.

—————

Las únicas que faltan por llegar a ocho son Ning y Lang. No cuento a Rong. Que sigue igual. No sé si le ha afectado que la usara como cebo. Que dejara que se la follaran entre cuatro. Pero no se nota. Tampoco hay cambios en su lealtad. Supongo que era imposible que fuera a mejor. Al menos, no ha ido a peor.

Sin embargo, ayer la saqué para confirmar el camino. Había un grupo de estudiantes más abajo. Intentó escapar. No sabía que lo habíamos preparado. Que queríamos saber si nos podíamos fiar de ella. Las chicas la interceptaron a medio camino. Recibirá su castigo.

Con Bronceada, no lo hemos intentado. Sabemos perfectamente que no podemos fiarnos. Veremos como evoluciona con el tiempo. Solo queda un día antes de que tengamos que irnos. Antes de perder mi libertad.

Las chicas llevan desde que llegamos casi sin entrar a la Residencia. Menos Wan. Que entra con sus plantas. Y sale para comer o charlar. Y casi no entrenan. Ni yo. Tan solo disfrutamos de estos últimos días de libertad.

No obstante, tenemos que estar vigilantes. No es como cuando estábamos en el jardín. Y debemos evitar hacer demasiado ruido. Aunque, con una barrera, hemos hecho algunas peleas de entrenamiento. Si limito mi poder al suyo, Shi es la más fuerte. Song está en clara desventaja por su pierna. Pero, si estrechamos la zona de combate, es muy peligrosa.

Si luchamos en parejas, las gemelas son imbatibles. Solas, están en desventaja. Usan dagas, y el alcance es corto. Es más apropiado para ataques por sorpresa. Aunque, con las habilidades correctas, pueden ser letales en enfrentamientos abiertos. Claro que no en el reino del Génesis.

Ma Lang está un poco por detrás del resto. No le gusta mucho pelear. Es su primera vez en esta expedición, más allá de un poco de entrenamiento.

Liang no compite. Ni aunque bajemos a dos. Su fuerte es el arco. Aunque está aprendiendo a usar una espada para defenderse. A rango tiene ventaja. Pero de cerca es vulnerable. Claro que Rayitas la defiende.

La tigresa y la ratona están empezando a entender algunas órdenes. Sobre todo la de "ven a comer". Aún no nos atrevemos a dejarlas sueltas. Las dos son demasiado juguetonas. Ahora que ha perdido el miedo, Terror ha demostrado ser curiosa y traviesa. ¿Quizás también sea una cría?

Ver hacerse de noche resulta un tanto triste. Todos nos quedamos mirando el sol desaparecer. Es el último día. Luego nos vamos a dormir. Ya ha habido sexo antes. Y mañana queremos madrugar. No podemos llegar tarde. No sabemos si se habrán ido los que tienden emboscadas. Confiamos en que dejarán pasar a un esclavo sin nada que ofrecer. Y no muy agradable de tener cerca.

Aunque, no por ello dejamos de estar preocupados. Quizás por ello, el sexo ha sido hoy muy tierno. Las seis conmigo. Acariciándome. Montándome con suavidad una tras otra. Besándome. Me sentía como un rey. Me han consentido y mimado mucho. Duele pensar que mañana volveré a ser un esclavo. Cuando ya he probado la libertad.

Aunque con las esclavas no ha sido tan tierno. Bronceada sigue rebelde, así que la he follado haciéndome que me mirara a los ojos. Sobre la cama. Ligeramente de costado. Yo de pie. Una de sus piernas hacia el suelo. La otra levantada, agarrada por mí. Sobre mi hombro. Contemplando todo su cuerpo desnudo. Manoseándolo a mi voluntad. Haciéndola correrse cuando más quería resistirse.

A Ning la he obligado a montarme. A ir despacio. Ha sido divertido. Le costaba contenerse. A Rui de pie. Abrazada a mí. Sus pies en mi trasero. Su espalda contra la pared. Empujando contra ella cada vez que embestía. Totalmente sometida a mí. En cuerpo y alma.

—————

–Alguien viene. Al menos cuatro– nos despierta Song

Tardo unos segundos en reaccionar. También las gemelas. Estamos adormilados. Parece que nuestra última noche no va a ser tranquila.


next chapter

Kapitel 60: Asalto en la noche (I)

Se mueven en la noche. En silencio. No les sorprende mucho encontrar el escudo en la entrada de la cueva. Lo rompen.

–Esto los alertará. Id con cuidado– dice uno de ellos.

–Si han estado escondidos y esperando, es que han encontrado algo valioso. Y no se atreven a luchar con nosotros. Serán presa fácil. Y más con el veneno– dice otro.

Algo lanzan al interior. Debe de ser ese veneno del que hablan. Se van a encontrar con una sorpresa.

–Mierda, hay otro escudo. Avancemos los que hemos tomado el antídoto. En cuanto destruyamos el segundo escudo, son nuestros.

Son quince. Cinco se quedan fuera. Son los de nivel seis y siete. Lo que no saben es que los estamos observando desde atrás. Escogimos esta cueva porque tenía dos salidas.

Yi, Yu, Shi, Rui y yo nos acercamos en silencio. Le tapamos la boca mientras les apuñalamos. Tenemos dagas de sobra para todos. A mí me cuesta cuatro puñaladas rematarlo. A Rui probablemente le ha bastado con una. Guardo los cuerpos. Ha salido bien, no hemos hecho ruido. Estaría bien entrar por detrás, pero ese gas parece peligroso. Con Detectar qi, me aseguro de que no haya nadie más alrededor.

Esperamos un rato. Salen tres. Dos que están en la nueve y uno en la ocho. El de la ocho parece un poco mareado. Arrastran a otros tres consigo. Lo otros cuatro deben de haberse quedado dentro.

Ellos no son los únicos que saben usar gas. Hemos puesto del de dormir dentro del escudo. Ha salido bien. En cuanto lo han abierto, les ha afectado. Parece que no ha sido suficiente para los de la nueve. ¿Quizás si se hubieran quedado más? Al ver a los suyos caer, han debido salir antes de tiempo.

–Maldita sea. Nos han tendido una trampa. ¿Qué era eso? Estoy un poco mareada– dice una que está en la nueve.

De repente, atacamos. Song y Lang a por el de la ocho. Shi y las gemelas a por la de la nueve. Yo al otro de la nueve. Rui esperando entre las sombras. Liang escondida con Ning.

Bloquea mi ataque. Se nota que tienen experiencia. Probablemente más que nosotros. Pero son menos. Y la poción para dormir les ha afectado. Bloqueo su espada y me da una patada. Gracias a Armadura Interior, no siento casi dolor. Pero me hace retroceder. También ha esquivado con facilidad la flecha de Liang.

Contra Shi y las gemelas, la que está en la etapa nueve tiene problemas. Es más poderosa, pero lucha contra tres. La acosan desde los tres ángulos. Tienen ventaja, pero no se pueden confiar. Es peligrosa.

Shi ataca con una espada. Su enemiga bloquea con un hacha y contrataca con la otra. Justo en ese momento, ataca Yi. Nuestra enemiga se ve forzada a girarse para desviar el ataque hacia ella. Yi retrocede. Yu entonces lo intenta. Ahora es su rival quien retrocede. Libera la otra hacha e intenta alcanzarla. Pero Shi la presiona. Su desventaja es clara. Pero un momento de distracción nos puede costar caro.

Song ataca con la lanza. Si bien cojea, su lanza tiene largo alcance. Y su rival está mareado. Apenas logra bloquearlo. Y no ve a Lang. Le clava las dos espadas por la espalda.

–¡¡¡Aaaaaaaargggh!!!

–¡¡Li!!– exclama mi adversario.

Intenta zafarse de mí, atacar y correr hacia él. Demasiadas cosas a la vez como para percatarse del ataque furtivo de Rui. Consigue girarse, pero aun así le clava una daga en el brazo. Furioso, intenta atacarla. Pero ella ya se ha escondido. Y yo le ataco de nuevo. Esta vez le cuesta más bloquear. Su brazo está herido.

Song le ha clavado la lanza a su enemigo tras el ataque de Lang. Cae. Las dos van a apoyar a las otras tres. Lang un poco por detrás. Es más débil e inexperta.

El alcance de la lanza de Song resulta un nuevo problema para nuestra enemiga. No puede contratacar con otras tres rodeándola. Solo bloquear o esquivar.

Lang se une, amagando con atacar. Pero al final no se acerca. Aunque consigue llamar su atención. Song ataca justo después, junto con las otras tres. Todas a la vez. Esta consigue esquivar a Song y bloquear a Shi.

Hace un medio arco hacia atrás con la otra hacha. Desesperada. Intentado intimidar o alcanzar a las gemelas. Pero Yi se ha agachado. Y Yu se medio interpone en el camino. Con sus dos dagas semibloqueando el ataque. Su función es entretenerla.

Yi le clava una daga en cada talón. Y las deja clavadas. Tiene otras dos. Su enemiga se desploma. La desarman e inmovilizan rápidamente. Las gemelas la atan. El resto viene a mi encuentro.

Mi enemigo está herido y furioso. Y más cuando ve a sus compañeros caídos. Es culpa suya por atacarnos. Pero no puede permitirse distraerse. Es algo superior a mí, pero no por mucho. Tengo un corte, pero es superficial. Y Rui está acechando. La segunda vez que ha atacado, ha conseguido esquivarla por poco. Además de las flechas de Liang. No tienen mucho efecto, pero lo distrae un poco.

Finalmente llega Shi, atacando directamente. Él se tira para atrás, esquivándola. Sin perderme de vista. Aun así, ataco. Y Rui aparece. Ahora lo acosamos entre tres. Además de que está herido en un brazo. Pero no nos apresuramos. Hasta que llega también Song.

Imbuyo el bastón con qi y lo atacó a la altura de la cintura. Con la trayectoria de una semicircunferencia. Es fácil de leer y bloquear. Incluso de esquivar hacia atrás. Pero allí está Shi. Se lanza hacia ella, intentando alejarse de mi ataque. Song lo ataca desde el lado. La punta de la lanza hacia su cabeza. Se ve forzado a desviarse. Y Rui aprovecha para alcanzarlo de nuevo.

Es un corte no muy profundo. Ha logrado esquivarla. Igual que Shi a él, con la Danza de la garza. Diría que él también usa algún tipo de habilidad.

Pero me está dando la espalda. Le golpeo con la punta del bastón. De ser una lanza, le habría hecho un agujero. Golpea algo duro. Tiene algún tipo de armadura. Eso lo protege parcialmente. Pero el golpe con qi lo desestabiliza y empuja.

Song le clava la lanza en el hombro. Shi le atraviesa la mano. Yo golpeo su cabeza. Rui le clava la daga en el ojo. Hasta el fondo. Cae sin vida.

Atamos a dos estudiantes dormidas. Están en la etapa siete. El otro estudiante no despertará nunca.

Entramos con cuidado en la cueva. Nuestros rostros tapados con ropa húmeda. Como hacemos los esclavos cuando quemamos basura. Rong va delante. Por si acaso. Hay cuatro estudiantes más. Nos traemos a la chica. A los otros los rematamos. Guardo sus cadáveres.

—————

–Habían robado a muchos– se asombra Liang, revisando sus anillos.

Tienen cinco. Supongo que algunos los habían robado. Están bastante llenos. Hay un montón de pieles. Wang se alegrará de que también hay bastantes plantas. Y parece que las chicas han obtenido algunas armas nuevas. Shi ha cambiado una de sus espadas. Y las gemelas un par de sus dagas. Lo que le da a Rui las que han descartado. Hay también alguna píldora, ropas y objetos varios. Nada que parezca excepcional.

Yo me estoy follando a la estudiante en la etapa nueve. Se niega a hablar. Solo queríamos saber si había alguien más. Está estirada bocabajo. Sus manos atadas hacia atrás. Con un cojín bajo su estómago para levantar su culo. Es un buen culo. Y no tiene mal cuerpo.

Es un pena que tenga que morir. Está en mi misma etapa. Aunque se sometiera, no puedo llevármela. Le estoy absorbiendo el qi. Aunque no puedo recuperarlo todo. Ha gastado bastante en su pelea. Estaba casi al límite.

Las otras tres están desnudas y atadas. Les dan un estimulante. Es el vapor de una planta. Siguiendo las indicaciones de Wan. No tardan en despertarse

–¿Qué es esto? ¿Qué ha pasado?– pregunta una de ellas.

–Sois nuestras prisioneras. Si os sometéis, si sois nuestras esclavas, si sois buenas, viviréis. Si no, moriréis– les anuncia Song.

–Y una mierda– se niega una de ellas.

–Mmmm. ¡¡MMMMmmm!! ¡¡¡Mmmmmm!!!– se oye un poco más allá.

–¿Qué es eso? ¡Liu! ¿¡Qué le estáis haciendo!?– exclama otra.

–Se la está follando. Tranquila. Pronto os llegará el turno– dice Shi.

–Ni hablar. No vais…

–¿Y como piensas evitarlo?– pregunta Shi.

Se retuercen. Pero no pueden liberarse. Si no se habían dado cuenta, ahora ven que están desnudas.

–Malditos. ¡Soltadnos! ¿¡Con qué derecho!?

–Con el mismo con el que nos queríais matar– interviene Liang.

Acabo de absorber el qi. Salgo de ella. Me levanto.

–No ha querido someterse. Acaba con ella– ordeno.

Rui le clava una daga en el corazón sin miramientos. Las tres prisioneras se quedan sin habla. Aterradas. Me pregunto si será suficiente para someterlas.

–Ahora os voy a follar. Si os sometéis a mí, viviréis. Si no, moriréis.

Las tres están atadas contra estacas clavadas en el suelo. Bocarriba. Piernas abiertas. Penetro a la primera inmediatamente. No está mojada. Pero mi miembro está lubricado de la anterior. Y primero le añado un poco de lubricante extra.

Tiene buenos pechos. Su tacto es suave. Son blanditos. Su tamaño por debajo de Lang. Aprieta los dientes. Le doy algo de placer

–¿Y bien? ¿Serás mi esclava? ¿Serás mía?– le pregunto.

–¡Aaah! ¿Donde está mi hermano? ¡Ah!

–Todos los que iban con vosotras están muertos– les informo.

Podría mentirles, pero no duraría mucho esa mentira. Me escupe.

–¡Jamás!

–Una pena. Es un desperdicio.

Absorbo su qi. Estaba llena. Pero solo está en la siete. No me da ninguna pena. Seguro que han matado a unos cuantos. Y nosotros éramos los siguientes. Así que no desperdicio más qi para darle placer. Por poco que sea. Aunque no por ello dejo de disfrutar de su cuerpo. De violar a quien quería matarnos. Me permito correrme en ella.

La miro una última vez. Hay odio en su mirada. Y alguna lágrima. Solo tenemos unas horas de tiempo. Pruebo con dolor. Con torturarla con qi. Pero su reacción es negativa.

Shi y Song la apartan y amordazan. La van a matar. Pero primero practicarán con ella. Con un objetivo vivo. Para comprobar lo que saben de los puntos vitales. De los huesos. De lo que tarda en morir.

Liang se estremece un poco. Tiene un corazón demasiado tierno. Pero también ha visto y sufrido mucho como esclava. Miro a las otras dos.

–Vete a la mierda. Mátame ya. Has matado a Liu. Y a Li. Nunca seré tuya– se expresa una.

–Los habéis matado… No os perdonaré nunca…– solloza la otra.

–¿Y que habéis hecho vosotros con otros? ¿Qué ibais a hacer con nosotros?– interviene Yi.

Ellas se callan y apartan la mirada. Saben que tiene razón. Pero no siento la más mínima señal de que puedan someterse. Por lo menos, voy a acabar de recuperar el qi gastado. Y a practicar un poco más Armadura. Después, tendrán una última oportunidad.

La siguiente tiene el pelo azul, suelto y largo. Sus pechos son más bien pequeños. Como Shi. Y tiene más carne que músculo. La llevo al límite del orgasmo. Se niega a gemir.

–Si eres mía, te dejo correrte– intento tentarla.

Ella ni siquiera me mira. No hay la más mínima señal de que vaya a lograr someterla. Es un pena. A pesar de ello, la mantengo al límite. Por si cambia de opinión. Su cuerpo vibra a cada embestida. Su vagina se aprieta involuntariamente. En cierta forma, es cautivador tenerla bajo mi dominio. Si no fuera porque pronto va a morir.

Me corro en ella. La lleno. Se vuelve a estremecer. Pero no llega al orgasmo. Me acerco a su oído.

–Última oportunidad.

Intenta morderme. No es suficientemente rápida. Recibe una bofetada de Yi. Con su hermana se la llevan. No estaban convencidas de usar un blanco vivo. Parece que han cambiado de idea.

Penetro a la última. Se tensa. Es delgada. Sus pechos parecen más prominentes debido a ello. Cabello corto y verde. Ojos marrones que me miraban con odio. Ahora ya no se atreven a mirarme. Llora. No consigue darme lástima. Ni siquiera porque fuera virgen. No entiendo porque le dan importancia. Pero quizás pueda aprovecharlo.

–Soy tu primer hombre. Así que eres mía.

–¡Nunca!

Parece que no funciona. Había oído que para algunas era importante. Que incluso se sometían a sus violadores. Bueno, tampoco sé si es verdad. O si es raro. Las esclavas ya son esclavas de entrada. No tienen más remedio que obedecer. Que someterse. Y no he tenido mucha relación con otras hasta hace poco.

Sus pechos rebotan. Se muerde el labio. También la llevo al límite. Pero sin dejarla correrse. No se rinde. Noto odio. Nada más. Quizás con más tiempo podría someterla. Pero no hay más tiempo. Tampoco el dolor ha funcionado. Con ninguna de las tres.

Dejo que Rui practique con ella. No apunta a sus puntos vitales al principio. Queriendo comprobar lo que ya sabe. Un brazo se inmoviliza al atravesar un nervio. Se queda sin respiración poco después. La remata con una última puñalada certera. Hasta el final, no se ha rendido. Supongo que para algunos sería digno de elogio. En realidad, nadie lo sabrá. Y a nosotros no nos importa.

Miro hacia las otras dos. También están muertas. Decidimos avanzar, aunque sea de noche. No debe de haber bestias peligrosas. Y hemos eliminado a los que bloqueaban el camino. Tenemos que comprobar si quedan más atrás. Y cruzar antes de que lleguen otros.


Load failed, please RETRY

Wöchentlicher Energiestatus

Stapelfreischaltung von Kapiteln

Inhaltsverzeichnis

Anzeigeoptionen

Hintergrund

Schriftart

Größe

Kapitel-Kommentare

Schreiben Sie eine Rezension Lese-Status: C59
Fehler beim Posten. Bitte versuchen Sie es erneut
  • Qualität des Schreibens
  • Veröffentlichungsstabilität
  • Geschichtenentwicklung
  • Charakter-Design
  • Welthintergrund

Die Gesamtpunktzahl 0.0

Rezension erfolgreich gepostet! Lesen Sie mehr Rezensionen
Stimmen Sie mit Powerstein ab
Rank 200+ Macht-Rangliste
Stone 47 Power-Stein
Unangemessene Inhalte melden
error Tipp

Missbrauch melden

Kommentare zu Absätzen

Einloggen

tip Kommentar absatzweise anzeigen

Die Absatzkommentarfunktion ist jetzt im Web! Bewegen Sie den Mauszeiger über einen beliebigen Absatz und klicken Sie auf das Symbol, um Ihren Kommentar hinzuzufügen.

Außerdem können Sie es jederzeit in den Einstellungen aus- und einschalten.

ICH HAB ES