En un instante, Link cambió a su modo de batalla y la varita Atrapaestrellas apareció en su mano. El maná se metió en la varita y tres Orbes de cristal se formaron en su punta en un instante. Bajo el efecto combinado del Estado de Gibraltar, el Cristal Domingo y su familiaridad con el hechizo del Orbe de cristal, el tiempo de lanzamiento fue casi instantáneo.
Link soltaría los tres Orbes de cristal sin dudar en el momento en que su oponente realizara un movimiento sospechoso. La velocidad de lanzamiento de Link fue un shock para la mujer. Luego adoptó una expresión menos hostil, más exactamente, se podía ver un atisbo de miedo.
—No meterás tu nariz en los asuntos de los demás, ¿verdad?
La mujer del vestido negro finalmente habló. Tenía una voz meliflua, del tipo que podía encantar los corazones de muchos hombres. Sin embargo, Link sabía que esta voz también era su arma, un arma que podía hechizar a sus oponentes.