Bai Zhen y Bai Wei llevaban ambos bikinis de estampado de leopardo, con tan poca tela que apenas se podrían llamar ropa, realmente solo eran unos cuantos hilos. Podías verlo todo con una ojeada, no dejaban nada a la imaginación.
Aunque tenían las figuras y la piel para lucirse, vestirse así… Shen Li sintió un poco de presión al mirarlas.
—No pienses que te puedes poner toda orgullosa solo porque has encontrado a un viejo rico —dijo Bai Zhen con los brazos cruzados, su voz destilando sarcasmo.
Junto con Bai Wei y la adyacente Qiao Lan, las tres parecían aliarse, rodeando a Shen Li, quien estaba sentada.
Shen Li de repente se rió, lo que le recordaba a sus días de escuela. Shen Yueh solía traer a sus amigas para molestarla así, con un grupo rodeándola para llevar la ventaja, solo para acabar siendo completamente lidiada por Shen Li.
—¡De qué te ríes! —gritó Bai Zhen con enojo, odiando la actitud confiada de Shen Li que siempre la hacía el blanco de las burlas.