Bobby se enfrentó de frente al monstruo de metal negro, algo que ningún otro participante en la prueba se habría atrevido a hacer. No había duda en la mente de los compañeros de Bobby de que si alguno de ellos intentara luchar contra la criatura, serían asesinados instantáneamente y Bobby, con su cultivo del tercer Cielo, no estaba excluido de esta estimación. Bobby permaneció extremadamente tranquilo ante el peligro. Abrió su ojo izquierdo azul todo lo que pudo. Con su visión mejorada, podía ver cosas que otras personas no podían, incluyendo el ritmo cardíaco y la respiración de otros seres vivos. Bobby también podía ver cada movimiento del monstruo de metal negro y hasta anticipar la próxima acción que tomaría. Sabía que si permitía que uno de los monstruos se acercara a él, sería destruido de un solo golpe.