Los discípulos cayeron en silencio en el Campo de Artes Marciales roto.
Bobby vio la última luz de esperanza desaparecer de los ojos del Señor Anderson. Esta figura legendaria parecía haber envejecido 30 años en un instante.
Bobby sabía que Noah había sido la única esperanza del Señor Anderson y que no tenía muchas expectativas por los demás estudiantes.
En ese momento, los estudiantes cayeron en profundos pensamientos. La siguiente decisión que tomaran afectaría su destino.
Cualquier cultivador talentoso querría unirse al Clan Luna Rota, pero el problema era que no sabían qué pasaría una vez que entraran.
No era difícil imaginar que este camino sería mucho más duro y desafiante, pero Bobby sintió que una llama ardiente se encendía dentro de él. Su ojo izquierdo emitió un tenue resplandor verde mientras sentía la oleada de determinación.
—¡No me importa si es peligroso! Si entro en el Clan, ¡me aseguraré de hacer que Noah lo lamente! —exclamó Gordon.