—Por supuesto, otra influencia del Anciano An radicaba en su rectitud, su ética médica y su actitud hacia la práctica de la medicina. Trataba a todos con meticulosa atención, independientemente de su estatus social o económico. Todos eran iguales en sus ojos, y nunca adulaba a los poderosos ni oprimía a los débiles. Muchos de la élite, al oír hablar de su reputación, le ofrecieron sumas considerables de dinero, o incluso lo presionaron con su influencia, para convertirse en su médico privado, pero él consistentemente se negaba. Se empeñaba en establecer un consultorio en el Hospital Provincial del Pueblo donde atendía consultas abiertamente.